Son muchas las películas
que nos fascinaron en su momento pero que vistas hoy lo único que nos provocan
son bostezos. Con algunas de ellas nos cuesta llegar a los créditos finales,
otras todavía se dejan ver, también están las que sin ningún miramiento hemos arrojado a la hoguera del olvido y luego
tenemos el grupo de las que nunca mueren. El caso es que esta tarde con un
panorama absolutamente gris opte por desempolvar una de esas cintas y digamos
que me pase un buen rato. Quizás el género de aventuras sea con el que somos
algo más condescendientes. Han pasado ya más de 30 años y diría que todavía
cumple su cometido que no es otro que entretener.
La recuerdo simpática, pero no mucho más... Y a veces pensamos que cambian las películas y no nosotros! Ja...
ResponderEliminarQue tal JLO!
EliminarPues creo que has dado precisamente con la clave. Supongo que a medida que pasan los años y venimos de vuelta de todo ya no tenemos esa facilidad para sorprendernos, ahora ves películas de hace algún tiempo y te preguntas aquello de "¿como demonios me podía gustar eso?".
En cuanto a esta película lo que si me gusta es ese final con Michael Douglas apareciendo con el barco en plena ciudad...jeje
Saludos!