Ya que estamos a
vueltas con el día de la madre aprovecho para recordar a una de mis preferidas. Se trata de Tillie Wiecek, esa abnegada y sufrida madre (a
la que da vida la estupenda Kasia Orzazewski) que ha visto como su hijo ha sido
condenado a pasar su vida entre rejas por un crimen que no cometió. Esta mujer
a base de dejarse la vida trabajando ha conseguido juntar unos miles de dólares
que empleara en tratar de lograr que su hijo logre abandonar la prisión. Una
estupenda película que creo pone de
manifiesto la grandeza de nuestras madres. Y es que en realidad si no fuese por
ellas sencillamente no estaríamos aquí.
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