Un fatal desenlace en
su vida ha motivado a Edee (Robin Wright)
a poner tierra de por medio y aislarse en las montañas. Con los pertrechos
propios y con gran determinación tratara de acomodarse en un nuevo entorno,
algo que desde luego no será sencillo.
Como fan incondicional de Robin Wright reconozco una total falta
de objetividad a la hora de calificar esta película. Si a la fascinación que
siento por esta actriz estadounidense le
añadimos que estamos ante una película sencilla e intimista, de tono pausado
que no aburrido, con unos exteriores que son para darle al pause y recrearse en su belleza y con una perfecta banda sonora,
pues ya se pueden imaginar lo mucho que la he disfrutado. Y por si fuera poco
con unos más que justos 90 minutos de metraje.