viernes, 30 de marzo de 2018

Esas odiosas comparaciones




Con la misma insistencia que recomendé Perfetti sconosciuti (2016)  a muchas de mis amistades, luego contraatacaron estas insistiéndome en que no debía de perderme la última de Álex de la Iglesia.  Algunas de estas personas me manifestaban que aquella película italiana no aparecía por ningún lado, ni en video clubs, ni en Filmin, ni en Rakuten ni en ninguna otra plataforma digital, estaba claro que solo se podía ver de manera “ilegal”, a día de hoy sigue siendo misión imposible dar con ella de forma “legal”, al menos para alquiler. Yo por mi parte decidí dejar pasar un tiempo a modo de digestión para ponerme con la española. La he visto y mentiría si dijese que no me he pasado un muy buen rato. Pero el caso es que he tenido una extraña sensación durante su visionado, me ha recordado a cuando he visitado alguno de esos importantes museos y al pararme a contemplar sus obras de arte me asalta esa enfermiza y absurda duda, ¿estaré ante la original o ante una magnifica copia? Sin ánimo de restarle merito a la brillante y divertida comedia dirigida por el no menos brillante director bilbaíno he de decir que es un calco de la versión italiana. No me estoy refiriendo solo a su trama, el guion repite las situaciones, las bromas, las réplicas, los diferentes perfiles de sus personajes, absolutamente todo, excepto un detalle al final, la película es una fotocopia tal cual de la cinta de Paolo Genovese. Insisto, me lo pase muy bien, hay un momento en particular en que me rio a gusto (soy de los que apenas sueltan una mueca), luego está la escena de la lagrimita, situaciones delirantes, un estupendo reparto y un realizador más que competente, todo esto asegura que vamos a pasar un buen rato y a disfrutar de una estupenda comedia, pero cuando previamente has visto la anterior te comienzan a entrar las dudas. En todo caso  las dos son recomendables.

jueves, 29 de marzo de 2018

The Death of Stalin (La muerte de Stalin 2017) Armando Iannucci/Los buitres y el esperpento



Salvo algún que otro artículo en prensa poca bola se le ha dado al malestar que ha provocado a ciertos círculos de la madre Rusia esta magnífica y negrísima comedia. Hay que reconocer que han sido finos, si hubiesen montado en cólera y exigido la retirada del film esto hubiese provocado una eficaz y gratuita campaña publicitaria, por el contrario, y desgraciadamente la película ha pasado sin pena ni gloria. La historia es sencilla, asistiremos al fallecimiento de Stalin y a las grotescas y sanguinarias luchas de poder por parte de sus correligionarios tras su muerte. Pinceladas de Ernst Lubitsch, Mel Brooks o los mismísimos Monty Python entre otros, conforman esta acida, valiente e irreverente carga de profundidad que hace tambalear a muchos pedestales y sus moradores. Pasar en apenas unos segundos de la total astracanada al terror de la muerte vía ejecución da muestras de la calidad cinematográfica y del buen hacer del escoces que con nombre italiano dirige esta tétrica orquesta. Creo que estamos ante una de las mejores comedias de los últimos años, si es que a esta triste historia se le puede llamar comedia…


martes, 27 de marzo de 2018

La de Cagney no, la otra..




La noticia de portada en las ultimas horas ha sido la detención de Puigdemont. A cuentagotas han ido surgiendo algunos detalles sobre la operación y de como esta se llevo a cabo. Hay una película reciente que creo que puede resultar interesante de ver, aquí la historia va sobre el famoso Luis Roldan, el flamante director de la Guardia Civil que tuvo que salir pitando de España pues lo metían al caldero. Su vida y obras provocaron un escándalo mayúsculo y muchos titulares internacionales, al final acabo donde se merecía saldando cuentas con la justicia. Es esta quizás una película en clave local, una historia muy de aquí con varios nombres que posiblemente se desconozcan fuera de nuestras fronteras. En todo caso lo atractivo del film no es el prófugo barbudo, el hallazgo es un personaje llamado Francisco Paesa, un espía español con mas recursos que una navaja suiza. Digamos que la película se deja ver.