No cabe duda de que
Johnny Deep se ha sacudido al simpático Jack Sparrow sin la más mínima
dificultad. Si alguien pensaba que el de Kentucky estaba encasillado que se
agarre a la butaca y que no pierda detalle. Despiadado, sanguinario, psicópata y
miserable, estos podrían ser algunos de los adjetivos para definir al personaje
de James ‘Whitey’ Bulger, un mafioso irlandés
que allá por los 80 se empeñó en sembrar con cadáveres la ciudad de Boston. Por cierto, hay momentos en los que incluso me ha recordado al Dracula de Gary Oldman. Acojonante la escena en que
James le pide al agente Morris (David Harbour) que le desvele una receta de su
familia, es en esta escena precisamente donde la violencia no asoma donde nos
damos cuenta de lo aterrador que puede resultar este descerebrado asesino. Una película
que me ha sorprendido, lo de Deep y su calvicie no me convencía. Una de mafia
de las que provoca que te tiemblen las rodillas…
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