Su prolífica carrera tanto en cine como en televisión dan fe de sus buenas
dotes como actor. Su cara resulta familiar y lo hemos visto en infinidad de
estupendas e inolvidables películas. Con apenas 16 años se enrolo en la marina
pasando la Segunda Guerra Mundial a bordo de un destructor en el pacifico.
Pertenece a la llamada generación del Actor’s
Studio y si bien en ciertos momentos puede parecer que sobreactúa es
precisamente ese el mayor de sus atractivos. Seguro que todos hemos conocido algún
Steiger en la vida, en ocasiones podría
ser el típico vecino tocapelotas que siempre la lía en las reuniones de la
comunidad, en su versión más dura vendría a ser un auténtico hijo de puta, eso
que en ingles llaman un fucking bastard.
La grandeza de este actor neoyorquino radica en que a él me lo creo, mientras
que algunos colegas de profesión (sobre todo del cine actual…) me parecen
sacados de un parque de atracciones. Sirva como homenaje a su trabajo esta
estupenda y curiosa recopilación de una frase muy recurrente por su parte…