lunes, 29 de junio de 2020

L’air de Paris (El aire de París 1954) Marcel Carné/Las doce cuerdas




Con los ingredientes propios del género y siguiendo un patrón argumental clásico disfruto con su visionado. La presencia de mi admirado Jean Gabin, la historia del entrenador que no llego a triunfar pero que espera forjar al campeón, el hambre por salir de la pobreza, la pasión o la vida y esos viejos gimnasios. Imágenes que me recuerdan al París de Robert Doisneau. Si bien no figura entre los grandes títulos del deporte al cual los antiguos griegos consideraban el más perjudicial, si nos encontramos ante una correcta e interesante película. Absténganse alérgicos al linimento. (disponible en Filmin)










martes, 16 de junio de 2020

Variety (LXV)


Desde luego a la hora de anunciar una película no reparaban en gastos. Hoy el arte de la cartelería ha desparecido, los grandes paneles han dejado paso a un simple poster.


Solo hace falta darse una vuelta por Instagram (el catálogo de golpes y caídas con lianas es amplio…) para descubrir que la inteligencia del ser humano a veces no difiere demasiado de la del dibujo animado.


        -  ¿Cómo te reconoceré?...

        - ¿Recuerdas aquella marca de tabaco que anunciaba un vaquero?...


No me pregunten el motivo, pero es una manía que tengo cuando llego a un hotel o alojamiento.


Creo recordar que no he visto a ninguna otra actriz hacer algo así frente a una cámara, excepto Demi Moore. Si es que hasta con el pelo al cero estaba guapa.


Entiendo que da mucha rabia pagar por aparcar en la calle, a mí el primero, pero bueno, esto es tener un poco de mala leche…

Ahí lo tienen, un instrumento medidor cazafantasmas, está en Amazon  (aunque ahora mismo figura como no disponible) y por lo que se lee en las valoraciones de los usuarios va muy bien, no se pierdan la del reverendo Charles Margarido…




lunes, 15 de junio de 2020

Homicidal (Homicidio 1961) William Castle/Un aterrador y maravilloso desproposito

(disponible en Filmin)


Una infancia traumática, un presente aparentemente placentero, una tranquila localidad, una herencia, una anciana muda en silla de ruedas, una floristería, una rubia muy atractiva y un cuchillo muy afilado…









Lo mismo que presenciamos un espectáculo de marionetas asumiendo que unas personas mueven los hilos y aceptando el maravilloso engaño, aquí debemos adoptar cierta predisposición, de lo contrario nos disfrutaremos del espectáculo. La audiencia del 2020 poco tiene que ver con aquel publico naíf de hace 60 años, hoy estamos de vueltas de todo y quizás seamos más difíciles de contentar. Uno de los principales artífices y padre de la criatura no es otro que William Castle, director, productor, actor y visionario. A sus 15 años ya se movia en el show business de Broadway presentándose como un sobrino del mismísimo Samuel Golddwyn. Probo suerte en diferentes trabajos, siempre relacionados con el mundo del espectáculo, admirador de Phineas Taylor Barnum forjo su carrera y siguió los pasos del célebre empresario circense. Suyas fueron iniciativas de lo más llamativo y que hacían las delicias de quienes asistían a las salas, desde las suaves descargas eléctricas en las butacas, pasando por las pólizas de vida por si la palmabas en la sala o las coward’s corner (esquina de los cobardes) para quienes no tuvieran el valor de presenciar la película y reclamasen la devolución del precio de la entrada.




La presencia de enfermeras en las salas era otra de las estrategias de Castle.


Ignoro si hubo algún beneficiario.


Te devolvían el dinero, pero el ridículo no te lo quitaba nadie.


Aunque para los más pequeños no es una mala opción.


William Castle fue el productor de Rosemary’s Baby (La semilla del diablo 1968) y Roman Polanski se marcó un detalle dándole un cameo.

No estamos ante una obra maestra del género, ni siquiera sabría decir con seguridad si es una buena película, lo que si les aseguro es  que me ha hecho pasar un buen rato, varios momentos descabellados y algún que otro susto. Despójense del crítico plasta tipo Cahiers du Cinéma y recuperen aquel espíritu de su infancia, de barraca de feria, de los charlatanes que nos vendían mundos por descubrir, seguro que lo pasaran bien, las sorpresas están garantizadas…



domingo, 14 de junio de 2020

Piedra, papel o celuloide



(viñeta: Marian Kamensky)

Asisto con tristeza y expectación al último episodio de violencia policial con resultado de muerte en los Estados Unidos. Tristeza al comprobar que por el color de la piel aumentan las posibilidades de perder la vida a manos de los agentes de la ley y el orden. Expectación por saber si toda esta ola de indignación y ganas de cambiar las cosas desaparecerá por donde ha venido. Quisiera dejar claro mi más absoluto rechazo y repulsa ante este tipo de episodios que desgraciadamente tienen lugar a cientos en diferentes partes del mundo y a los que casi nunca se les presta atención a no ser que vengan acompañados del correspondiente video viral. Saqueos aparte, la reacción en caliente los días posteriores es entendible. Ese racismo latente tan made in USA ha vivido tiempos mejores, con multitudinarios desfiles del KKK por todo el país y linchamientos en plena luz del día. Solo hay que darse una vuelta por internet para comprobar que no son pocos los que añoran los tiempos en que regían  las leyes de Jim Crow.



Con una frecuencia similar a la de los eclipses solares vuelve la polémica con “Gone with the Wind” (Lo que el viento se llevó 1939), aunque en realidad la oscarizada cinta ya venía con un defecto congénito desde sus inicios. No fueron pocas las voces que advirtieron hace 80 años que aquella idealización del sur y los esclavos era un atentado en toda regla. Volvamos al presente, los disturbios en el país del tío Sam preocupaban y he aquí que algún CEO tuvo la feliz idea, HBO anuncio que retiraba de su catálogo (el guionista John Ridley los puso en el disparadero con su columna…) la controvertida película para luego rectificar anunciando que la repondría con un texto de advertencia y que resultase clarificador. El aleteo de la mariposa se dejaba sentir al otro lado del océano, la BBC y Netflix comunicaban su decisión de mandar al destierro digital las divertidas, transgresoras y gamberras ‘Little Britain’ y ‘Come fly with me’.

 (viñeta: Marian Kamensky)

Tengo sentimientos encontrados hacia ese gran país. Por un lado me fascinan infinidad de aspectos de su cultura y costumbres, pero por el otro detesto y me asquean sus miserias morales. Es muy preocupante que 60.541.308  de estadounidenses votasen por Trump, pero ahí está, día tras día y despropósito tras despropósito ocupando la presidencia. Los Estados Unidos de América vienen a ser algo así como el Langley de los tarados, una especie de cuartel general de negacionistas, visionarios, terraplanistas, antivacunas, telepredicadores, conspiranoicos y demás fauna. Toda esta mierda la exportan y desde aquí se la compramos. Es por eso que si bien entiendo la rabia y las ganas de echarse al monte no comparto la idea de censurar películas como la que nos ocupa. El problema del racismo no se soluciona con estas medidas. Ya sé, los símbolos y las estatuas son importantes y puede que ese sea el principio del camino, yo sin embargo veo cierto postureo (lo digo por los de HBO…), algo así como cuando el personal apaga las luces de casa durante una hora el dia del planeta y el resto del año se comporta como un puto yihadista medioambiental, ¿recuerdan a nuestro rey emerito cazando elefantes en Botsuana siendo presidente de honor de WWF? (World Wildlife Fund), pues eso… Que algunos de los miembros de la policía de Trumplund lo mismo acribillan a un negro desarmado que al dia siguiente se marcan un flashmob sin ningún rubor en la Central Station que siempre queda bien en Instagram.

Ojalá la solución consistiese en aplicar la tijera, arrojar al fuego o derribar estatuas. Una cosa si es cierta, todo este ruido ha motivado compromisos (y esto sí que es importante, bastante más que la censura…) por parte de las autoridades a la hora de eliminar ciertos métodos de detención rodilla en cuello, tampoco estaría de más revisar los criterios de admisión en los cuerpos policiales así como que cojones se enseña en las academias, que cuatro agentes tipo quaterback necesiten disparar para reducir a un sospechoso dice muy poco de su profesionalidad y bastante de su adn psicópata. Yo desde luego sigo teniendo mis dudas, teniendo en cuenta como están esas cabezas en yanquilandia no me extrañaría nada que el descerebrado del tupe alargase otros cuatro años más su estancia en la Casa Blanca. Lo mismo que las reseñas de las películas esto no deja de ser más que una opinión personal. Espero no haber ofendido a nadie con mis palabras. Vamos a cerrar con mi admirado Guillermo Cabrera Infante con algo que viene muy a cuento del tema en cuestión.

Una vez un ciudadano negro fue a votar en Alabama. En Alabama hay una ley que prohíbe votar a los iletrados. El encargado de autorizar a los votantes hizo que el votante negro leyera un diario local. Luego le hizo leer un diario francés. Después un diario en español. El votante leyó en ambos. Finalmente le trajeron un diario chino y le preguntaron: “¿Qué dice aquí?” El votante negro con toda calma, respondió: “Que los negros no pueden votar en Alabama”
Lunes de Revolución (editorial 4 julio 1960) Guillermo Cabrera Infante








domingo, 7 de junio de 2020

¿Lo sabias? (XXI)


Hasta hace unos años la capital de Francia figuraba como la ciudad con más cines del mundo con un total de 302 y 1003 pantallas.


 La dieta alcohólica de Sinatra constaba de un único elemento, Jack Daniel’s. Apodado como ‘The Bourbon Baritone’ el bueno de Frankie se bebía los floreros. En 2017 la marca del famoso whiskey de Tennessee sacaba una edición especial limitada en homenaje al cantante y actor, está disponible en Amazon  al módico precio de 1,170€. Se cuenta que Sinatra fue enterrado con una botella de JD.


En Tossa del Mar (Girona) se encuentra esta estatua en homenaje a la actriz Ava Gardner, fue en 1950 que participio en el rodaje de Pandora and the Flying Dutchman (Pandora y el holandés errante) el cual tuvo lugar en esa localidad. Por allí también anduvo Sinatra, la relación entre Ava y Frankie es de las más tormentosas que se recuerda de aquel viejo Hollywood. (foto: Jitka E.)


William Castle fue uno de los maestros de la serie B e impulsor de numerosos trucos para promocionar sus películas. Con el estreno de Macabre (1958) la entrada incluía una póliza de seguro por valor de 1000$ para todas aquellas personas que muriesen de miedo durante la proyección.




En el argot militar figuran entre otras muchas esta referencia con John Wayne de por medio, ‘There are two ways to do anything, the right way and the John Wayne way‘ (‘hay dos formas de hacerlo, de la manera correcta o al estilo John Wayne’).


‘Back to the Future’ (Regreso al futuro 1985) tuvo serias dificultades para encontrar financiación. Fueron muchas las puertas que le cerraron a Robert Zemeckis, al parecer aquella incestuosa atracción que sentía Lorraine (Lea Thompson) por Marty (Michael J. Fox) escandalizaba a más de un estudio.


El recordado momento del collar en Pretty Woman (1990) fue una improvisación de Richard Gere, gusto tanto que optaron por dejarlo.












viernes, 5 de junio de 2020

De serie (Babylon Berlin 2017)


(disponible en Movistar)

Estamos ante la producción más cara de la televisión alemana y eso se nota. Un thriller político y policíaco en plena República de Weimar. Potente y fascinante retrato de una época que vino a marcar el devenir del mundo. De impecable factura y con una puesta en escena cuidada hasta el más mínimo detalle. Sus 28 episodios (3 temporadas) son un auténtico deleite con unas tramas perfectamente desarrolladas en las cuales el interés va en aumento. Personajes con muchas sombras y pocos principios, defensores de la libertad, mafiosos de la Madre Rusia, judíos con altos cargos, asesinos de los bajos fondos, terroristas que no saben que lo son, estrellas de cine, revolucionarios, emprendedores, chaperos, matones, policías sin escrúpulos, drogodependientes, oficinistas de día prostitutas de noche, aspirantes a Hitlerjugend y demás fauna de aquel Berlín. Esto y mucho más en esta embriagadora e hipnótica coctelera. Sin lugar a dudas una de las series que más me ha sorprendido de estos últimos años.