Mary (Clara Bow), Jack (Charles
Rogers) y David (Richard Arlen) viven en la misma ciudad, son jóvenes y con un montón
de sueños, pero desgraciadamente el estallido de la gran guerra cambiara por
completo el curso de sus vidas. Jack y David se alistarán en las llamadas
Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF)
y serán enviados a Francia donde lucharan pilotando aviones de combate, por su
parte Mary también será enviada a Europa en labores de asistencia. Los lazos de
amor y amistad de ese triángulo se romperán y volverán a unirse en un entorno bélico.
Fue un 16 de mayo de 1929
cuando tuvo lugar la primera entrega de los Oscar y esta fue la película que
obtuvo la estatuilla que la acreditaba como la mejor a los ojos de la
industria. Más que una ceremonia fue un mero trámite que se despachó en apenas
5 minutos, luego el asunto era disfrutar de la mesa y del mantel, nada que ver
con las largas y en ocasiones soporíferas galas de hoy. Hubieron de pasar 83
años hasta que una película muda volviese a ganar el premio más codiciado, fue
en la ceremonia de 2012 cuando The Artist
le arrebato el honor que durante años había ostentado la magistral obra cinematográfica
de William A. Wellman. Este antiguo y experimentado piloto de la primera guerra
mundial dirigió la que posiblemente sea una de las más intensas y vertiginosas películas
que se hayan realizado sobre la aviación con la gran guerra como eje central. Quizás
la cinta de Wellman carezca de la rotundidad del mensaje de otra obra maestra
del 7º arte como es All Quiet on the
Western Front (Sin novedad en el frente 1930), una magistral adaptación del
libro de Erich Maria Remarque y que es todo un canto a la sinrazón de la guerra.
Estamos ante una película que se puede codear sin complejos con cintas de la
talla de The Gold Rush (1925), Bronenosets Potemkin (1925), The General (1926), Metropolis (1927) o Sunrise
(1927) por citar algunas piezas clave de la historia del cine. En cuanto a
los aspectos técnicos/artísticos podemos mencionar que por primera vez se ponían
a los mandos de un avión de manera real los protagonistas de una película, el
mismo Charles Rogers afronto (con no pocos vómitos) cientos de horas de vuelo
para grabar sus tomas, las recreaciones de las batallas aéreas y las
escaramuzas en tierra se llevaron a cabo utilizando aviones y cientos de
soldados que actuaban como extras. Además de otros detalles que sorprenden dada
la fecha de producción (el primer beso entre dos hombres, el apenas perceptible
topless de Clara Bow, etc…) podemos
encontrar movimientos de cámara de lo más curiosos, aquí va un pequeño ejemplo:
Sus 140 minutos pueden
disuadir sobre todo teniendo en cuenta que nos enfrentamos a una película muda,
etiqueta esta última que funciona como repelente para los públicos más jóvenes.
Lo sencillo de su trama y el elevado clímax dramático que sobrevuela provoca
que en ningún momento añoremos el sonido. En cuanto al reparto, además de Clara
Bow (sex symbol de los años 20 y primera it girl) nos encontramos a un joven y
prometedor Gary Cooper en un pequeño papel pero que ya daba muestras de saber
estar. En definitiva, una estupenda película que se creía desparecida hasta que
alguien afortunadamente encontró una copia en bastante mal estado en la
Cinémathèque Française (Paris) y lograron restaurarla. Nada comparable a la
alegría de tal hallazgo, pero si fue grande el salto que pegue en el sofá
cuando medio adormilado y revisando esos interminables fondos de armario de no
recuerdo que plataforma (supongo que en Netflix o en Amazon Prime) me encontré
con este pequeño tesoro. Toda una autentica (nunca mejor dicho) demostración de
que sin CGI (imágenes generadas por ordenador) se pueden lograr elevadas cotas
de realismo.
"Wild" Bill en su salsa. Una cnta que lo tiene todo (que tomen nota los directores de hoy para saber cómo entretener al público) y que aún soprende por sus secuencias aéreas. Escenas que luego se usaron en más de una película.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Ethan!
EliminarPara ganarte ese apodo ya tenias que ser todo un personaje...jeje Eran otros tiempos y con otros escenarios donde forjarte una buena reputación. Wellman asi como otros realizadores supo afrontar la transición del mudo al sonoro, siempre se ha dicho que esa experiencia les valio para poner en practica digamos esa economia a la hora de rodar, el mensaje llegaba alto y claro. Es una pena que esta pelicula sea una "gran desconocida" para el publico, supongo que nunca ha sido emitida por televisión (ningun programador en su sano juicio se atreveria...), estas joyas se disfrutan en la clandestinidad, no hay otra forma, ya bien sean pequeños festivales o por iniciativa propia. Estamos de acuerdo, ya le gustaria a mucha producciones actuales estar a su altura. Ademas añadiria que al estar muy proxima en el tiempo al hecho que narra tiene un punto documental, o al menos esa es mi impresión.
Gracias por pasar y comentar, saludos y feliz semana!