domingo, 6 de agosto de 2017

Influencias desde la gran pantalla


Fue en 1980 cuando las pantallas de toda España estrenaron The Warriors (Los amos de la noche 1979), el país todavía trataba de sacudirse la caspa de cuatro décadas de dictadura y la película causo un gran revuelo, sobre todo en las audiencias más jóvenes. Eran tiempos de cambio y el cine nos suministraba ideas, modas y tendencias procedentes de otros países, imágenes e información a la que difícilmente podríamos acceder. Por aquel entonces funcionaba muy bien lo que hoy se conoce como cine quinqui, películas sobre delincuentes conocidos de la época los cuales acabaron con sus huesos en la cárcel o muertos por problemas con las drogas. A diferencia de aquel cine patrio la cinta de Walter Hill mostraba un mundo diferente, bandas organizadas, uniformadas, que manejaban territorios y que no se andaban por las ramas a la hora de limar diferencias. 

Compartir prenda, una de las claves

Sensación de pertenencia

Las chicas también tienen su lugar

El líder siempre ha de ir delante

Estos daban muy mal rollo

Si, el chaleco era muy macarra, pero molaba mucho

Estamos ante un magnífico ejemplo de lo que viene a llamarse cine de culto, lo bueno que a diferencia de otras películas a las que se les pone esa etiqueta esta en concreto ha resistido muy bien el paso del tiempo, se deja ver y resulta entretenida. No ha sido esta la primera vez que el cine muestra el fenómeno de las bandas, un buen ejemplo de ello podría ser The Wild One (Salvaje 1953) con el inolvidable e icónico Marlon Brando.

Chicos malos, cazadoras y motos

El caso es que esta película de 1979 les encendió la bombilla a muchos adolescentes de la época que quisieron emular a los protagonistas e intentar organizar sus propias bandas. La mayoría de las veces se trataba de experimentar, nada serio, fanfarronear un poco, presumir delante de las chicas, un par de peleas y cuatro carreras, luego el sentido común hacia acto de presencia y a otra cosa, aunque claro, hubo a quien le gusto y siguió con el invento. Pero, ¿ha habido otras influencias visibles en nuestra sociedad provenientes de la gran pantalla? Diría que sí y quizás estos pudiesen ser unos buenos ejemplos.

Rebecca (Rebeca 1940)

‘Ponte una Rebequita no sea que te coja el frió… La de veces que habremos oído/dicho esta frase. Pues bien, fue a raíz del estreno en España de la película del maestro del suspense que comenzó a popularizarse esa palabra (rebeca) para referirse a ese tipo de chaqueta. Por cierto, muy vigente a día de hoy. 

Terminator 2: Judgment Day (Terminator 2: El juicio final 1991)

Otra prenda que se puso terriblemente de moda a principios de los noventa fue la cazadora que lucía Arnold Schawarzenegger (todavía tengo que ver como se escribe el maldito apellido…) en la segunda entrega de la saga de Terminator. Tuve una, me costó una pasta y llevarla encima era tarea complicada, pesaba una tonelada…

Miami Vice (Corrupción en Miami)

Otro ejemplo de influencia en el vestir en este caso proveniente de la pequeña pantalla. Eran mediados de los 80 cuando la serie protagonizada por Don Johnson y Philip Michael Thomas nos tenía a todos pegados delante de la televisión siguiendo las andanzas de aquel grupo de policías y sus novedosos métodos para pillar a los malos. La serie arraso, algunos intentamos sin éxito (aparente) emular el estilo veraniego de las prendas de  sus protagonistas. La barba de tres días, el mocasín sin calcetín, la camiseta debajo de la americana y otros detalles de vestuario provocaron una auténtica revolución mundial. De hecho recuerdo que cuando alguien aparecía por el barrio  arreglado de mas siempre había alguien que le gritaba aquello de…¡A dónde vas James Crockett!

 Nine ½ Weeks (Nueve semanas y media 1986)

Imposible no recordar las andanzas y juegos eróticos de Kim Basinger y Mickey Rourke en la provocadora película de Adrian Lyne. Posiblemente sirviese para aportar algo de alegría y variedad a una sexualidad algo sumida en la rutina.

The Full Monty (Full Monty 1997)

Tremendo el revuelo posterior a esta película. A día de hoy utilizaríamos el termino viral para referirnos al efecto domino que se produjo tras su estreno. Comenzaron a salir espontáneos debajo de las piedras, en todo tipo de centros de trabajo se organizaban espectáculos similares, cualquier excusa era buena con tal de despelotarse, aunque la cosa no siempre resultaba como en la peli.


Steve McQuenn (1930-1980), el tío que todos los tíos quisimos haber sido

Estas han sido unas pequeñas muestras, evidentemente hay otras muchas pero esto quedaría muy largo. Los años pasan y las modas desaparecen, se crean nuevos estilismos que duran apenas una estación. Hubo quien  creó un estilo personal, por aquel entonces todavía no existían lo que hoy conocemos como influencers pero no hay duda de que ciertos aciertos de vestuario han quedado en nuestras retinas. Marcas como Triumph todavía sigue rindiendo homenaje (y de paso aprovechando el tirón del actor…) a McQueen y vendiendo cazadoras. Eso sí, no ha habido ni habrá otro tipo igual.



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