Despertamos en la ciudad
de Boston un 15 de abril de 2013. Todo está preparado para que se celebre la
famosa maratón. Esta vez todo será diferente. Un atentado con bomba teñirá de
sangre las calles y sumirá a la policía en una frenética búsqueda para dar con
los autores.
Pero sucede lo más
inesperado
Reconstruyendo el lugar
y recopilando objetos
Las cámaras de
vigilancia jugaron un papel clave en la investigación
Cuando la historia que
se nos presenta la conocemos de antemano y sabemos cuál será su resolución
final es posible que no nos animemos demasiado a la hora de plantarnos ante la
pantalla. Eso fue más o menos lo que me sucedió, si de entrada conocemos el
principio y el final se supone que ya no contamos con el factor sorpresa o los
giros inesperados de trama. Aun así le di un voto de confianza y acabe
absolutamente enganchado con la trama. Con un metraje que supera las dos horas
la película se lleva sin el más mínimo asomo de aburrimiento, no sobran
escenas, el reparto es creíble, no hay sermón entre líneas y por momentos te acabas agarrando a
la butaca. Ojala no tengamos que seguir con lo de basado en hechos reales pero me da que tenemos cuerda para rato…
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