Vinka Kovelenko (Katharine Hepburn) es una piloto rusa que aterriza junto su avión en suelo americano. Al parecer ha decidido abandonar la Unión Soviética pues se siente discriminada por su condición de mujer a la hora de ser ascendida de rango. Las autoridades se frotan las manos y pretenden que la conocida piloto –la cual es un símbolo para los rusos- se deje seducir por las maravillas del capitalismo, para ello le encargan la misión al comandante Charles “Chuck” Lockwood (Bob Hope). Entre los dos se forjara algo más que una relación diplomática, algo que no gusta mucho ni a la prometida del comandante ni a la gente del KGB…
¿Quién aguantara mejor el alcohol?
Comprobando tallas
Muy a mi pesar he de decir que esta película no ha soportado el paso del tiempo. Cuesta verla, el guión es torpe y las supuestas gracietas han dejado de serlas. Posiblemente vista hace 30 años tuviese su encanto y algo de gracia, hoy aparece como algo desfasado y lleno de polvo.
Las piernas de la Hepburn nunca fueron un banderín de enganche
Buen rollo...
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