Un arranque
extraordinario y una cuidadísima puesta en escena para una película que
mantiene el tono hasta el final.
Un arranque
extraordinario y una cuidadísima puesta en escena para una película que
mantiene el tono hasta el final.
Fue Kris Kristofferson junto con Fred Foster quienes allá por 1969
compusieron Me and Bobby McGee, una
canción imperecedera que ya forma parte de los grandes clásicos de la música.
El encargado de ponerle voz por primera vez seria Roger Miller. Pocos días antes de fallecer (4 de octubre de 1970), Janis Joplin grababa su versión para
incluirla en su álbum póstumo Pearl
(publicado el 11 de enero de 1971), el
tema se auparía al número 1 del Billboard
(20 de marzo de 1971), fue la única vez que la cantante tejana alcanzaría ese puesto. Aquí les dejo otras
estupendas e inolvidables versiones de esta canción que nos habla del amor y de
un viaje por carretera.
Crimen organizado, muelles, policía infiltrado, bajos fondos y tecnología de la época.
Trama sencilla e interesante, buen ritmo, una variopinta galería de personajes y algún que otro giro inesperado, todo ello en apenas 86 minutos.
Tengo algo en común con
el trio protagonista, yo también trabajo en la limpieza viaria. Una historia
sencilla, cotidiana y sin fuegos artificiales, amable y despiadada a partes
iguales. En su momento me emociono, ahora, 14 años más tarde y quizás por ser más
permeable con los dramas no puedo más que derrumbarme. Muy recomendable para
uno de esos días que se encuentren con la moral por las nubes.
Su trama y elementos
los hemos visto en multitud de películas pero aun así consigue mantenerme pegado
a la pantalla. La presencia de Denzel
Washington es de agradecer para quienes gusten del actor, quizás no sea uno de sus mejores trabajos pero desde luego le da prestancia a la cinta. Me ha
gustado especialmente el final, de esos que te sorprenden. He optado por la
versión corta del tráiler, el largo desvela un detalle importante.
Así arranca esta buena adaptación
cinematográfica de la novela de Perez
Reverte. A mí es que me entran unas ganas tremendas de empuñar un florete…