Ray Krock (Michael
Keaton) es un vendedor al que últimamente no le van muy bien las cosas. En su
ir y venir con sus cacharros a cuestas conoce a los hermanos Richard (Nick
Offerman) y Maurice McDonald (John Carroll Lynch) los cuales regentan un
exitoso y popular negocio de hamburguesas en San Bernardino (California). A Ray
le sorprende el innovador sistema y la
rapidez a la hora de servir los pedidos (no más de 40 segundos) y enseguida ve
la posibilidad de expandir el negocio, pero antes tendrá que convencer a los
dos hermanos que le permitan ser su socio. A partir de ese momento asistiremos
al nacimiento y desarrollo de una de las marcas más conocidas a nivel mundial.
Imagen real del aquel
pequeño negocio en San Bernardino
Recreación en la película
A Ray le fascino lo rápido
que funcionaba aquella plantilla
Tratando de convencer a
los desconfiados hermanos
Ethel (Laura Dern), la
mujer de Ray está convencida de que no deja de ser otro de los fallidos
negocios de su marido
Los éxitos comienzan a
sucederse
Y también las dudas
Apenas conocía un par
de detalles de cómo se formó este imperio de comida. La película (a pesar de
sus casi dos horas de metraje) se deja ver y tiene incluso algún que otro
momento por el cual vale la pena. La historia no deja indiferente, muestra la
tenacidad, insistencia y en ocasiones ausencia de escrúpulos para triunfar en
los negocios. En principio uno se debería de identificar con el personaje de
Ray, pero hay momentos en los que resulta despreciable. Supongo que detrás de
todo gran imperio se esconde alguna historia oscura. Pasable.
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