Florence (Jeanne
Moreau) y Julien (Maurice Ronet) se aman apasionadamente pero algo se interpone
en su felicidad, el marido de Florence es el jefe de la empresa en la que
trabaja Julien. No queda otra que urdir un plan para asesinar al marido y que
todo parezca un suicidio. Julien lleva a
cabo el plan y todo parece que va sobre ruedas hasta que un inesperado ascensor
y una serie de acontecimientos provocan un inesperado giro en la historia.
No sabría decir cuál es
el encanto del cine francés en blanco y negro, pero esta es una de esas
deliciosas y maravillosas películas para ver a cualquier hora, en cualquier
lugar, tiene todos los elementos que una historia necesita para resultar
interesante y entretenida, posee una magnifica banda sonora y como he dicho es
francesa y sin color. Podría rellenar esto de líneas y me quedaría corto. Hay
que verla…
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