Pearl Chavez (Jennifer Jones) es enviada a vivir con unos familiares después de que su padre sea ahorcado. Llegará al rancho del senador Jackson McCanles (Lionel Barrymore) y levantara las pasiones de sus dos hijos Jesse (Joseph Cotten) y Lewton (Gregory Peck). A partir se comenzara a crear un peligroso y tórrido triangulo amoroso.
Lewton, mujeriego, libertino y violento…
Jesse, cabal, educado y con futuro…
Los 144 minutos que dura esta fantástica película pasan ante nuestros ojos sin provocar un solo bostezo. Toda una muestra de gran cine –del que desgraciadamente ya casi no se hace-, los caballos son caballos de verdad y los exteriores son exteriores de los de verdad.
Jennifer Jones, sexo y pasión en estado puro.
Walter Huston, The Sinkiller…
Lewton, educado y mostrando “sus” buenos modales…
Sangre, sudor y deseo…
La sensualidad y voluptuosidad de Jennifer Jones aflora en todos los poros del celuloide en este film. Hay una escena tremenda que levanta a los muertos, es el momento en que Lewton entra en la habitación de Pearl y se la encuentra a cuatro patas, de espaldas fregando el suelo, la cara de Lewton lo dice todo…
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