Si hubiera que destacar una escena o fotograma de esta estupenda película, no cabe duda que habría que irse al final de la misma y quedarse con esa sutil mirada que Dorothy Malone le dedica a la pequeña torre petrolífera en el despacho de su difunto padre. No sé si se les escapo a los del Codigo Hays o habían abierto un poco la manga, pero tiene un punto lascivo delicioso. Si tenemos en cuenta que durante toda la película anda más caliente que el pico de una plancha acosando al bueno de Rock Hudson, pues eso, las cuentas salen solas… Ese momento sabiéndose dueña de una inmensa fortuna, abandonada por una Lauren Bacall e importándole todo un comino, no tiene precio, como acaricia esa torre, de arriba, hacia abajo, con esos ojos, bueno, hay que ver la escena y darle un poco al pause, sobran las palabras…
Todavía no entiendo la decisión de Rock, bueno si, el amor es ciego…
El bueno de Rock Hudson trabaja en la empresa familiar, recto, cabal, honrado, trabajador, una joya.
Dorothy Malone, el calentamiento del planeta...
Robert se casa con Lauren, Dorothy anda como loca detrás de Rock, a su vez Rock está enamorado de Lauren, ella no lo sabe, Robert desconfía de su mujer, Dorothy persigue cualquier espécimen del género masculino para matar el gusanillo, y asi van pasando los fotogramas…
El melodrama se va construyendo, aparece un revolver que tendrá un papel importante en la película. La buena de Dorothy tendrá una oportunidad para redimirse. Luego está el final, que final!...
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