No creo que sea necesario traducir, es evidente que un remake es volver a filmar una película, que ya fue realizada en su momento, vamos, copiar en parte o en su totalidad. Asi a bote pronto podemos pensar que esto no tiene mucho merito la verdad. No voy a soltar ninguna teoría o conferencia sobre este particular, pero si un par de cosillas.
Uno de los grandes del séptimo arte, como fue Afred Hitchcock volvió a filmar un film ya realizado por el, o lo que es lo mismo, que se copio a si mismo…
En 1934 realizaba The man who knew to much (El hombre que sabia demasiado):
Luego, algunos años más tarde en 1956, volvía a realizar el mismo film y con el mismo título:
Ahora podríamos preguntarnos… ¿Cuál de las dos es la mejor? Pues…, para gustos hay colores como se suele decir. Algunos podríamos optar por esa estupenda interpretación de Peter Lorre, y otros sucumbirían ante la planta de James Stewart, sobre este particular podríamos debatir y debatir, pero no esa no es la cuestión. No cabe duda de que la mayoría de los remakes nunca igualan a la original, puede que exista alguna excepción, pero pocas. Este post quedaría muy, pero que muy largo si empezase a comparar remakes y originales y tampoco era este el motivo, el motivo es otro.
Hace poco, el amigo Bates, expreso su desacuerdo, pues entre Ladykillers (2004)
...y Ladykillers (1955)
…optaba, por la versión más moderna. Como nunca está de más otro visionado, decidí hacer la prueba del algodón, y al final, sigo en mis trece… Creo que las dos están a la altura, en la versión de Alexander Mackendrick hay buenos momentos y buenos actores, un Alec Guinness enorme y un Peter Sellers muy joven. Me gusta especialmente la secuencia de la discusión con el tipo del puesto de fruta al que un caballo le está comiendo el género. A pesar de todo el cariño que proceso por el cine de hace unos cuantos años, no tengo más remedio que inclinarme por la dirigida por los hermanos Cohen.
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