Normalmente, cuando alguien fallece lo normal es hablar bien de esa persona. Se destacan sus virtudes y en raras ocasiones se señalan sus defectos. Resulta curioso, pues según esto este mundo está lleno de gente estupenda y maravillosa. Por supuesto, cuando la persona en cuestión es famosa, todo esto se magnifica y hay una especie de consigna para que nadie diga lo contrario, al menos en público. Con Manuel Alexandre, supongo que pasara lo mismo, en días sucesivos, leeremos infinidad de artículos y opiniones acerca de su persona, lo que pasa es que con este grandísimo actor que nos ha dejado, si creo que en este caso todo lo que se diga de él, será poco.
Si hay un adjetivo a medida para Manuel Alexandre, no puede ser otro que entrañable. Desconozco como seria en su vida privada, pero desde luego pocos actores desprenden tanta bondad por sus ojos. Igual resulta que era un ser terrible detrás de las cámaras, no lo sé, no lo creo. Leí alguna de sus entrevistas, escuche en ocasiones sus palabras, su voz, esa voz tan particular, y lo que siempre, siempre me transmitió fue eso, bondad y generosidad.
Hace algún tiempo creo haber leído que estaba atravesando malos momentos. No voy a escarbar en su vida privada, pero es muy triste que actores y actrices españoles que han sido figuras importantes y han contribuido a que nuestro cine avanzase, se encuentren pasando malos momentos, especialmente de índole económico. También creo que la Academia tiene o dedica fondos para ayudar a estas personas.
Me estoy acordando de una extraordinaria y maravillosa película dirigida en 1962 por José María Forqé, Atraco a las tres,en la que el personaje de Manuel Alexandre esta tirándole los tejos constantemente a Gracita Morales.
Es esta una película divertida, con un reparto estupendo y un guión con momentos memorables. Recomendable para ver a cualquier hora y pasar un buen rato.
Pues eso, que poco a poco se nos van marchando los mejores.
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