lunes, 9 de octubre de 2017

A Face in the Crowd (Un rostro en la multitud 1957) Elia Kazan/Los medios, las audiencias, los escraches y el mensaje



Larry ‘Lonesome’ Rhodes (Andy Griffith) es un vagabundo que junto con su guitarra va saltando de pueblo en pueblo y de comisaria en comisaria. El azar y el destino van a convertir a este pobre diablo en una estrella de la radio y de la televisión. Su éxito ira en aumento y su poder de fascinación volverá locas a las masas.

Hasta ese momento no era más que un perfecto desconocido

Primeros inicios en una emisora local con una fascinada Patricia Neal

Su popularidad no paraba de crecer

Tonteando con la televisión junto a un no muy convencido Walter Matthau

Su personalidad y fuerza lograba que todos comieran en su mano

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Todos le rendían admiración

Una jovencísima Lee Remick entre sus fans

¿En qué te has convertido?

Han pasado 60 años y no ha perdido un ápice de frescura. Dos horas del mejor cine de Kazan con continuos ganchos al hígado de una sociedad tan pazguata como la actual. La sombra del déjà vu nos persigue, nos vemos reflejados y quizás podamos llegar a replantearnos si durante todo este tiempo no hemos aprendido absolutamente nada. Seis años antes el maestro Billy Wilder le había sacado los colores a ciertos sectores de la prensa con su Ace in the Hole (El gran carnaval 1951), ahora era el turno del futuro delator, odiado y amado a partes iguales el que se encargaría de arrojar sal en la herida. No es casual que en todas las fotos que acompañan esta entrada aparezca Andy Griffith, lo mismo que sin Bonnie no existiría Clyde, sin este hombretón que quería ser cura sería absolutamente imposible construir este personaje. Demoledora, oscura, agria, crítica y muy recomendable. 


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