domingo, 31 de mayo de 2020

Vidas



Llego a Hollywood en 1938 precedida del orgasmo más famoso de la historia del cine, con permiso de Meg Ryan… Su belleza intemporal y su sex appeal hizo que se tambaleasen los cimientos de aquella mojigata sociedad. Quizás de haber aceptado aquel trio en Casablanca (1942) su carrera hubiera discurrido por otros derroteros. Seis matrimonios y una vida de película. Aspectos curiosos y sorprendentes que han visto la luz en los últimos años nos son presentados en este interesante documental. 


miércoles, 27 de mayo de 2020

The Professor and the Madman (Entre la razón y la locura 2019) Farhad Safinia/De la A a la Z




Podríamos afirmar que Gibson y Penn son eso que se ha venido a llamar veneno para la taquilla, al primero le han traicionado cierta vida disoluta y algún que otro devaneo intelectual, luego como guinda salió su padre poniendo en duda la efectividad de los hornos crematorios de los nazis y ya se sabe, el lobby judío actuó en consecuencia. El de California nunca cayó bien a cierta parte de la crítica, con el tiempo ciertos posicionamientos políticos y algunas compañías tampoco ayudaron mucho. Vidas privadas a un lado, estamos ante una más que interesante película y que cuenta una historia que nunca me hubiera imaginado. La dificultosa y académica labor de la creación del Oxford English Dictionary encierra unos hechos que desde luego eran merecedores de llevarse a la pantalla. Buenas interpretaciones, Sean Penn merece ser destacado, ha madurado muy bien como actor y apenas hay histrionismo (el personaje tiene lo suyo…) en su trabajo. Hacía tiempo que no me conmovía con una historia de amor (no me suele pasar…), la que aquí presenciamos es toda una tempestad. Correcta puesta en escena, banda sonora amable y un metraje (dos horas) que incluso se me antoja corto. Ha sido toda una sorpresa y me ha proporcionado un muy buen rato de estupendo cine. (disponible en Filmin)










martes, 19 de mayo de 2020

Shot Caller (Maestro del crimen 2017) Ric Roman Waugh/Cuando los tatuajes y los músculos no te dejan ver el bosque



Continuamos con el género carcelario. Su protagonista principal (Nikolaj Coster-Waldau) es un rostro archiconocido debido a su incestuoso y más que atractivo personaje en Juego de tronos, esta vez el registro es otro y diría que se mueve con bastante soltura. He vuelto a disfrutar de ella por segunda vez, me sigue pareciendo una película muy digna a la que quizás su envoltorio no ha beneficiado demasiado. Disculpen mi entusiasmo, pero es que me gustan los barrotes… (disponible en Netflix)















domingo, 17 de mayo de 2020

Riot in Cell Block 11 (Motín en el pabellón 11) Don Siegel/Reivindicaciones y otras críticas al sistema

(Disponible en Filmin)



Las condiciones de vida en las prisiones no son fáciles y la estatal de Folsom no es una excepción. Un grupo de internos decide organizar una revuelta que pronto se extenderá a otras zonas de la cárcel. Las autoridades penitenciarias y del país entablaran negociaciones con los reclusos con el objetivo de que estos liberen a los rehenes que utilizan como moneda de cambio.










Se cuenta que una de las razones por las que esta película vio la luz fue debido al empeño de su productor Walter Wanger, al parecer su estancia en prisión después de disparar a un hombre le motivo a contar al público las sombras del sistema penitenciario. Rodada en la famosa Folsom State Prison (Johnny Cash daría en ella dos conciertos, 1966 y 1968), la película es una buena muestra del genero carcelario dirigida estupendamente por Siegel con cierta carestía de medios. Además de servir como recordatorio a la opinión publica de los fallos en el sistema el film apunta al papel tan importante que juegan los medios de comunicación a la hora de hacerse eco de un problema. Esta vez el objetivo no es organizar una fuga, se trata de garantizar unas condiciones que permitan cumplir las condenas de manera digna. Quienes gusten de las historias entre rejas la van a disfrutar. 











Bonus track



Con esta famosa institución penitenciaria de por medio no podía pasar por alto a mi admirado Johnny Cash y su inolvidable Folsom Prison Blues, también les dejo una interesante reseña del film con la cual aprovecho para enviar un cordial saludo a las amigas y amigos que desde Argentina visitan este humilde blog.


miércoles, 13 de mayo de 2020

La escena



Cuando siendo niño veía documentales de la 2ª Guerra Mundial había unas escenas que me llamaban poderosamente la atención, se trataba de los kamikazes y esa especie de pequeña ceremonia antes de partir hacia una muerte segura, formaban en cubierta y antes de subirse a sus Yokosukas bebían su pequeño baso de sake, el resto es historia. Entre las muchas propiedades del alcohol está la desinhibición, e incluso actuar bajo sus efectos puede ser aceptado como atenuante en un juicio. Existen también otras formas de obtener ese empujoncito anímico o esa dosis de valor para ciertas circunstancias de nuestra vida, la música por ejemplo puede funcionar y desde luego resulta menos perjudicial para el organismo que la opción chupito de sake. La escena que les propongo combina en cierto modo el alcohol y la música. En realidad, la película en su conjunto funciona como un analgésico, es de esas que te suben la moral (la prefiero a la versión original de 1947 con Danny Kaye) y que se ve perfectamente sin prescripción facultativa.

Si me pongo en la piel del personaje al que da vida magníficamente Ben Stiller, supongo que me hubiese sobrado la cerveza que se ventilo, y es que con el maravilloso Space Oddity sonando en vivo yo también hubiera saltado hacia ese helicóptero. Esta entrada lleva una doble dedicación, por un lado a Mar (Dientes de León) y a una deliciosa y mas que curiosa coincidencia, por el otro un saludo al amigo JLO (Cuando el arte ataque) , un gran fan del gran David Bowie.


lunes, 11 de mayo de 2020

The Prisoner of Shark Island (Prisionero del odio 1936) John Ford/Dixieland y el juramento de Hipócrates




Estaba considerado un buen actor y aunque su actuación más recordada tuvo lugar en un teatro, nada tuvo que ver con una representación. La noche del 14 de abril de 1865 John Wilkes Booth asesino de  un tiro en la cabeza al presidente Lincoln. Tratando de huir saltando desde el palco Wilkes rompió una pierna, pero logro salir de allí. Bien entrada la madrugada Wilkes y su cómplice llaman a la puerta del doctor Samuel Mudd quien le proporciona cuidados, al poco salen a toda prisa. Algún tiempo después el doctor Mudd es acusado de formar parte del plan para asesinar a Lincoln. Enviado a prisión su vida tornara en pesadilla.











Si bien a día de hoy el asesinato de Kennedy está lleno de sombras y da lugar a todo tipo de teorías, con la muerte de Lincoln también siguen circulando conjeturas y versiones varias. Durante algún tiempo se creía que la expresión your/my/his… name is mud’ (dicho de una persona cuyo nombre/reputación ha sido dañado o mancillado) guardaba relación y tenía su origen en el apellido del doctor Mudd, pero al parecer la frase ya había sido acuñada en 1823 y su significado venía a ser algo así como bobo o tonto. Algún estudio también  apunta a que los cuidados aplicados al moribundo presidente no hicieron más que agravar su ya de por si complicado estado. Por otro lado, la figura del doctor Mudd siempre ha estado rodeada de cierta controversia, para algunos no deja de ser más que un conspirador que formaba parte de la trama, otros afirman que, aunque frecuentaba ciertos círculos no estaba al tanto del plan para asesinar al presidente. Por otro lado, quienes defienden su honorabilidad afirman que lo único que hizo fue ejercer como médico y atender a una persona herida que requirió de sus servicios.

La película de Ford se ve y se disfruta de principio a fin. La historia (licencias a un lado…) tiene ese ritmo de los viejos films de aventuras y la parte que transcurre en prisión recuerda mucho a Dumas y su famoso conde. Ahora bien, hay un (por no decir un fuerte olor…) discurso que subyace en favor de los rebels y su forma de entender la vida (con los negros trabajando como esclavos…)  que no se esconde y que visto hoy chirría bastante, no hay que olvidar que las Leyes de Jim Crow promovieron la segregación racial y otras barbaridades hasta 1968 (diversas fuentes, diversas fechas), así que teniendo en cuenta el año de producción y su contexto no debería de escandalizar esta desagradable apología. Dejando a un lado esta aclaración creo que estamos ante una estupenda película. Hay un personaje que merece la pena destacar, se trata del sádico sargento Rankin que hará la vida imposible al doctor Mudd, ese odioso personaje (de La Unión por supuesto…) está interpretado magistralmente por un John Carradine que lo borda. Han sido varios los títulos que con este tema como argumento principal han pasado por el tamiz de cierta censura moral, entiendo la crítica y el rechazo hacia estos planteamientos, a mí la superioridad racial me provoca nauseas como a todos, pero tampoco soy partidario de arrojar a la hoguera obras que en cierto modo pueden servir como postales de un tiempo pasado, el cual no deseamos que vuelva jamás. En definitiva, incluso con lo aquí expuesto, esta no deja de ser otra de esas joyas del maestro John Ford. (disponible en Filmin)



viernes, 8 de mayo de 2020

De serie (O Mecanismo 2018)



Fue a raíz de una reciente entrada en Tigrero que me anime a verla. En su reseña el bueno de Alí Reyes no escatimaba en elogios hacia esta producción brasileña y a decir verdad que se los merece. Visualmente atractiva y de ritmo ágil, en cuanto mordí el anzuelo ya no lo solté, sus 16 episodios me los devore en dos madrugadas y de haber mas no hubiese parado. Un thriller político en toda regla, buenas dosis de intriga y un reparto que me sorprende muy gratamente. Como en una de esas viejas películas del género negro, la voz en off de Selton Mello es una constante (por lo que más quieran, véanla en versión original…), él es el palo mayor que mueve esta intrigante historia.












Meterse en un proyecto como este suponía un salto sin red, donde al mínimo error además del duro suelo te iban a caer ostias de todos los colores. Su director José Padilha ha sido blanco de todo tipo de críticas, dejando a un lado la excelencia o no de la serie (para mí lo es) creo que son absolutamente injustificadas las acusaciones hacia la obra del realizador brasileño. Tratare de no meterme en demasiados charcos. Esto no deja de ser una opinión personal y espero que nadie se ofenda por lo que voy a escribir.

La corrupción y la Coca-Cola tienen algo en común, ambas son conocidas en todo el mundo, aunque nadie (o al menos muy pocas personas) conoce la fórmula perfecta, en el caso de esa mala costumbre al menos para que no te pillen.  Si repasan la historia de biopics y demás películas sobre personalidades importantes, podrán comprobar que a nadie le gusta que se destapen sus miserias o que sean ridiculizados. Dictadores varios, magnates de ayer y de hoy, pederastas con licencia, artistas, emprendedores que dominan el mundo, psicópatas con poder nuclear, políticos de todo tipo y condición, etc, etc… Cuando alguien se atreve a poner en imágenes aspectos de sus vidas siempre surge quien pone el grito en el cielo, ya bien sea una viuda ofendida, un nieto despechado o un gabinete de abogados ávido de llevarse una pasta. En cuanto a la polémica generada por O Mecanismo, me gustaría saber el porcentaje de personas que claman contra la serie y que realmente la han visto. Al comienzo de cada episodio un cartel advierte de lo siguiente: ‘Este programa é uma obra de ficcao inspirada libremente em eventos reais. Personagens, sitaucoes e outros elementos foram adaptados para efeito dramático’ Hemos visto advertencias similares en multitud de ocasiones, supongo que no hace falta una infografía para explicar en qué consiste. Si con todo lo que se cuenta en sus 16 episodios, al final lo que más exacerba a la expresidenta Dilma Rousseff, es una frase en boca del que se supone es Lula Da Silva y que parece que nunca fue pronunciada por él, pues sinceramente creo que pocas municiones tienen quienes desearían que la serie nunca viese la luz. 

Supongo que opinar desde la distancia sobre los aspectos internos de un país puede dar lugar a errores o consideraciones alejadas de la realidad. Me gusta estar al día y le dedico tiempo a la lectura diaria de la prensa, diferentes medios y diferentes fuentes, tengo un criterio propio y los mantras políticos junto con la pseudo información que vomitan ciertas redes me provoca rechazo y cierta mala ostia. En esta España en la que vivo y que mantiene algún adn carpetovetónico sabemos bastante de la corrupción, aquí ha metido la mano todo dios, sin excepción de credo político ni religión. Los hay que disimulan con elegancia y distinción, políticos de 3 para ti y 1 para mí, gente valida que cumple con su trabajo pero que tienen esa mala debilidad de meter la mano y robarle al pueblo, algunos de ellos incluso son eficaces en su gestión. Luego están los impresentables, puteros y cocainómanos que no se cortan y tiran de visa del partido para satisfacer sus necesidades. La mierda salpica incluso a la familia real, uno de sus miembros (el que fuera el yerno ideal…) cumple condena en una cárcel ad hoc donde es el único recluso, por el contrario, el que ejecutaba osos borrachos y tenía la bragueta fácil disfruta de aforamiento, vamos, algo así como lo de 007… Continuo en clave nacional, ¿cómo es posible que personajes así no acaben denunciados y rindiendo cuentas ante la justicia? Pues por una sencilla razón, hay muchos estómagos agradecidos y ya sabemos que la gratitud es la peor forma de servidumbre. Afortunadamente muchos escándalos de corrupción son destapados por investigaciones periodísticas, algunas con evidentes intereses políticos y otras por el simple código deontológico de la profesión.

Les confesare algo, a mí el visionado y disfrute de O Mecanismo me ha provocado una curiosa reacción. He sentido empatía por los que se supone corruptos, acostumbrado a las tendencias asesinas y descuartizadoras de otras latitudes a mi hay personajes que  me caen simpáticos, incluso  creo que no tendría inconveniente en sentar a más de uno en mi casa la noche de navidad. Uno de esos “malos”, Roberto Ibrahim (soberbio Enrique Diaz), es un tipo educado, tranquilo, una de esas personas con las que compartes ascensor y no te inquietas, por el contrario, el policía Marco Ruffo me provoca nerviosismo y no poca preocupación, no controla sus impulsos, es un puto desastre en su vida familiar y sus castillos de naipes me sacan de quicio. La figura de Lula diría que sale engrandecida, es un señor entrañable, cercano, el abuelo perfecto. El policía encargado de proceder a su detención muestra no pocas dudas, le confiesa a una compañera que en su casa había más fotos del que fuera presidente que del resto de la familia. La parte legal no sale muy bien parada, se nos muestra que en algunos momentos se saltaron leyes para poder obtener pruebas, se cometieron irregularidades varias que de no haber sido por ellas difícilmente podrían haber logrado descubrir todo ese entramado de corrupción.

Hace pocos días se dio a conocer la dimisión de Sergio Moro (personaje clave en la historia), este juez dejo su cargo como ministro de justicia por las injerencias del impresentable Jair Bolsonaro, lo cual ha vuelto a poner ante los focos la trama de esta serie. El patético exmilitar que lleva las riendas de Brasil es otro personaje para darle de comer a parte, a este le tengo muchas ganas, otro día que se me caliente la tecla le dedicare unas palabras. Esto ha quedado muy largo, lo sé, pero necesitaba aclarar algunos aspectos, espero que lo entiendan. Alguien dijo alguna vez que nunca deben llegar a oídos del pueblo las noticias que pueden contradecir la verdad oficial. Lo dicho, perdón por el bonus track…