Todavía guardo la
esperanza de que algún día el bueno de
Shane atienda a las suplicas del pequeño Joey. Supongo que la permanencia en
aquella pequeña casa pondría en peligro la estabilidad emocional de los
Starret, todos sabemos que la buena de Marian sentía fascinación por el apuesto
pistolero, su marido Joe quizás todavía no se había percatado del asunto. En
todo caso, me hubiese gustado un golpe de rienda y que ese caballo pegase media
vuelta. Pero no fue así, el cabalga hacia el horizonte, el hogar de los
valientes…
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