Según sus creadores
(Diego San José y Borja Cobeaga) la idea les venía rondando la cabeza desde
2004, han pasado bastantes años y el guión fue modificado hasta en 5 ocasiones.
El argumento provocaba más de un rechazo y nadie se atrevía a embarcarse en
aquella locura. Veamos, un comando de ETA integrado por 4 miembros (¡y que
miembros!) espera instrucciones en un piso franco en pleno mundial de Sudáfrica
2010, la cosa no quedaba ahí, pues la película era en tono de comedia. Con esa
carta de presentación aquel guión ha debido reposar años en un cajón hasta que
finalmente ha visto la luz. No cabe duda de que atreverse con este tema y
presentarlo como comedia tiene sus dosis de valentía o locura, según como lo
queramos ver, pero al final el resultado es satisfactorio. El arranque es muy
bueno, nadie diría que la cosa va de coña. Luego una vez en el piso los 4
protagonistas resuelven sus papeles perfectamente, todos se merecen el aplauso
pero lo de Julián López es la nota de
humor que mueve esta triste broma, sus salidas de tono y reflexiones son
desternillantes, hacía tiempo que no me reía ante la pantalla. Hay una escena
con el comando en la mesa que es gran cine, como se pasa de la seriedad más tétrica
al absurdo no está al alcance de cualquiera. Una más que correcta muestra de
cine para ver sin complejos. Personalmente no considero que esta película sea
una falta de respeto hacia las víctimas del terrorismo de ETA, pero esto no
deja de ser más que mi opinión. Es más, me la puse a ver con cierto
distanciamiento y a los 5 minutos ya estaba metido en la trama. ¿Se debería
bromear con estos temas o por el contrario tendríamos que arrojar al fuego
joyas como To be or Not to Be (Ser o no
ser 1942)? Vale que Cobeaga no es Lubitsch pero la película solo pretende
que pasemos un buen rato, esa es la única intención.
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