Son muchos los empleos
que se han ido perdiendo con la llegada de las nuevas tecnologías. Algunos de
los visionarios que anticiparon esta
invasión de las maquinas fueron tachados de locos paranoicos. Solo hace falta
fijarse un poco y nos daremos cuenta como cada vez interactuamos menos con
nuestros semejantes. Prácticamente podemos convertirnos en Robinsones y vivir a golpe de clic, el catálogo de aplicaciones es
infinito. La experiencia de acudir a una sala ha cambiado bastante de unos años
a esta parte. Sería absurdo negar la mejora visual y de sonido, las sillas de
madera han dado paso a butacas ergonómicas en las cuales a poco que te descuides
te quedas frito. Hoy las colas ya no son habituales, la posibilidad de poder
adquirir las entradas por internet ha supuesto un cambio importante. Por
desaparecer han desaparecido casi todas las taquillas, cada vez es más habitual
que te vendan las entradas en el mismo lugar que venden las palomitas y las
bebidas. Pero bueno, la modernidad es lo que tiene. En todo caso, vean buen
cine y sean felices.
Hola Fran.
ResponderEliminarComo yo era la que vivía más cerca del circuito de cines en Las Palmas, era a mí la que le tocaba siempre ir a buscar las entradas, no hice pocas colas ...
Buen fin de semana.
Que tal Lola!
EliminarNo se si te habrá sucedido en alguna ocasión, pero lo que daba mucha rabia era cuando después de haber estado un buen rato guardando la cola, llegabas casi a taquilla y a la persona que estaba delante tuya le decían..."se han agotado, no hay entradas"
Luego, dependiendo del cine tocaba hacer una especie de cola desordenada (era mas bien un tumulto) para acceder a la sala. Recuerdo que siendo un niño le insistí mucho a mi tía para que me comprara una linterna como las que tenían los acomodadores (no recuerdo la marca, llevaba una especie de pila cuadrada de petaca), luego yo fantaseaba por el pasillo de casa a oscuras. Lo cierto que uno se pone a recordar y le asaltan un montón de recuerdos entrañables.
Gracias por pasar y buena semana. Bicos:)