Hace tiempo que las
cabinas telefónicas han ido mutando en fósiles que apenas sirven para soportar
pintadas y carteles. El mantenimiento brilla por su ausencia y cada vez es más difícil
encontrar una en condiciones. Lo mismo sucede en bares y cafeterías, se les ha
aplicado una especie de eutanasia para liberar espacio en las barras. Todos
llevamos 4G en el bolsillo y no hay problema. Pero resulta que un día sales de
casa y no te lo llevas puesto, paras en doble fila para ir a un cajero y al
volver el coche se niega a arrancar, tu acompañante también se lo ha dejado en
casa y cuando entras en todas las cafeterías de alrededor te miran con cara
rara cuando preguntas si tienen teléfono. Afortunadamente ahora todos
disponemos de miles de minutos y siempre hay un alma caritativa que te ofrece
su terminal, menos mal…
Me has hecho recordar las largas colas que hacía en Salamanca por las noches para poder llamar a casa o a mi gente desde cabinas que utilizábamos antes de la era 4G…
ResponderEliminarA veces pienso que esto va a demasiada velocidad y que estaría bien pararse un ratito….
Que tal LU!
EliminarEsas colas a las que te refieres también las experimente en una galaxia muy lejana...jeje
Opino lo mismo, vivimos en un torbellino y no tiene pinta de que pare. Esto de la tecnología esta muy bien y nos ha cambiado en cierto modo la vida, pero en ocasiones creo que al día le faltan horas.
Venga, bicos:)