Link (Mel Gibson) es un
tipo que malvive en una caravana sacándose unos dólares con los tatuajes. Atrás
queda su paso por la cárcel y una hija desaparecida de la que nunca más ha
vuelto a saber. Un día recibe una llamada de su querida niña la cual ha
tenido un percance con unos peligrosos tipos, a partir de aquí comienzan los
problemas…
Erin Moriarty junto a
papa Mel
Diego Luna, el malo de
la peli
Diría que los 60 años
de Gibson están bien llevados
Lleva tiempo sin
prodigarse por la pantalla grande el actor neoyorquino, posiblemente el
detonante fueron aquellas declaraciones de su padre poniendo en duda el
genocidio judío, desde aquel momento fue considerado un apestado, si a eso le
añadimos sus problemas con el alcohol y alguna disputa familiar entenderemos su
destierro. Personalmente considero injusto su alejamiento, creo que es un actor
que todavía tiene mucho que ofrecer, parece que fue ayer cuando sus películas eran
sinónimo de taquillazos. Aquí nos encontramos con una película correcta, con un
metraje de apenas 90 minutos y con una trama simple y clara. Y digamos que poco
más hay que contar.
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