jueves, 28 de abril de 2016

Si no lo veo no lo creo

Willis O’Brien trabajando para la realización de The Lost World (1925)

La llegada de los efectos especiales generados por ordenador ha supuesto que muchas ideas que permanecían en cajones debido a su dificultad para llevarlas a la pantalla acabasen viendo la luz. Lo cierto es que a día de hoy se consiguen resultados asombrosos aunque de vez en cuando también se suele abusar de este recurso y al final lo de menos es la historia que se quiere contar. No reniego de las nuevas tecnologías y disfruto con ellas, pero desde luego que el mérito que tenían aquellos artistas no merece caer en el olvido. En todo caso dejemos volar la imaginación y olvidemos que es lo que hay detrás…




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