El cine es entre otras cosas una buena forma de ver cómo va la sociedad. Funciona bien como herramienta sociológica. Si ves una película realizada por ejemplo en 1945 y la acción se desarrolla en ese mismo año, podrás observar cómo se vivía, como vestía la gente, que estaba de moda, que nivel de libertad se respiraba, etc. Por supuesto siempre teniendo en cuenta que tipo de mensaje pretendían meterle al público. Luego se podrán hacer lecturas más o menos profundas, pero la información que nos proporciona está ahí y ahí seguirá.
El caso es que con el último estreno de Torrente me han venido varias cosas a la cabeza. Mucha gente se tira de los pelos al comprobar como esta película se ha convertido en la más taquillera del cine español. No voy a entrar a valorar la peli en cuestión, pero consideremos lo siguiente. Allá por 1982 –el año de Naranjito- una película como Cristobal Colon de oficio descubridor dirigida por Mariano Ozores se convertía en un verdadero blockbuster y durante años ha sido una de las películas más taquilleras en España.
Si alguien tiene el valor de ponerse a ver la peli interpretada por Pajares podrá comprobar que es infumable. Posiblemente a día de hoy en 2011 no nos entra en la cabeza como la gente podía pagar por ir al cine a ver esto, pues si, y no veáis que pedazo de colas había en las salas!... Y es que tenemos que tener en cuenta que por aquel entonces hacía apenas unos años que había muerto Franco, estábamos empezando a disfrutar de la democracia y ello significaba más libertad en todos los sentidos. Si a eso le sumamos que por lo general el personal masculino andaba más salido que un balcón, pues ya nos salen las cuentas. Tu metías en una peli –el argumento era lo de menos- unas cuantas señoras cachondas, enseñabas unas tetas, metías unos chistes tipo Arevalo y ya tenías taquilla asegurada.
Es por eso que a veces pienso que no hemos cambiado tanto. Si, ahora nos duchamos con más frecuencia, vestimos mejor y todo eso, pero no sé, no se…
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