Las cantidades que se
pueden llegar a pagar por todos estos objetos son escandalosas. Sin entrar a
debatir lo apropiado o no de esta extravagante y cara afición aquí va una
pequeña muestra de esos deseados testigos de maravillosos rodajes. A decir verdad
no me importaría poseer alguno de ellos…
El piano de Dooley
Wilson en Casablanca (1942) /foto
Steve Remich
El bastón y sombreo del
inolvidable Chaplin/foto David Livingston
Un maravilloso poster
que debe de costar una pasta…
La figura que traía a
todo el mundo de cabeza en The Maltese
Falcon (1941)
Perteneciente a John
Wayne en El Dorado (1966)
Supongamos que soy una multimillonaria estilo Barbara Hutton, compraría tres cosas: El vestido blanco de Jezabel, la túnica de Ben Hur y el vestido que lleva Ingrid Bergman cuando llega a Rick´s.
ResponderEliminarSaludos Fran,
Estaré unos días ausente, nos vamos a ver a la nieta. :-)
Que tal Lola,
EliminarBuena elección...jeje La verdad que hay un gran negocio con la venta de estos objetos. Creo que principalmente este tipo de subastas se suelen producir o bien cuando la actriz o actor ha fallecido o también cuando precisan de dinero.
Pues nada, que disfruteis mucho con la nieta, muchas gracias por seguir pasando, ciao!