Frank Machin (Richard
Harris) es un jugador de rugby, de carácter tosco y ambicioso que aspira a ser
una estrella. Se aloja en la casa de Margaret Hammond (Rachel Roberts), ella
viuda sigue venerando la figura de su difunto marido, el parece estar
interesado en ella. Frank lucha por ganarse un puesto en el equipo y lograr una
mejor remuneración, su carácter salvaje no ayudara demasiado. El devenir de los
acontecimientos provocara cambios en ambas vidas.
En el campo hay que
darlo todo
Magnifica e intensa
A punto de firmar el
contrato profesional
Una magnifica muestra
de lo que se vino a llamar Kitchen Sink
Realism, lo que podría ser una especie de neorrealismo a la inglesa, es
decir, obras que mostraban la otra cara del país, clases trabajadoras, gentes
que vivian al lado de las fábricas en el mejor de los casos, personajes agrios,
pocas esperanzas y penas que se ahogaban con alcohol.
Su presencia salvaje
nos puede recordar a Brando
No bajes la guardia
Frank
Difícil y pasional
convivencia
Amigos, penas y
cervezas
A pesar de los años que
soporta a sus espaldas la película sigue siendo una maravilla. Las actuaciones
de Roberts y Harris son para quitarse el sombrero. Dura y desgarradora a partes
iguales. Una de esas pequeñas obras maestras que no figuran en las listas.
A mí, también Harris me recordó a Marlon Brando.
ResponderEliminarSaludos.