lunes, 15 de octubre de 2012

Me da una entrada...



No corren buenos tiempos, la crisis golpea sin piedad. El sector cinematográfico ya venia tocado de un tiempo a esta parte, todos los dedos señalan a internet como el gran culpable de la ausencia de espectadores en las salas. No voy a abordar ese tema, lo dejaremos para otra ocasión, pero si hay algo que me gustaría mencionar. Las nuevas tecnologías y todo lo que ello conlleva ha hecho que cambiemos nuestras costumbres. Cuando yo era un crio allá por los 70 era impensable un domingo sin cine. Normalmente de tu asignación semanal separabas una parte para la entrada del domingo, era como un ritual, la cola, el olor de la sala, la oscuridad y aquel haz de luz…





4 comentarios:

  1. Espero que las salas de cine nunca acaben como la que nos muestras. El cine siempre será una gran fábrica de sueños.
    Saludos

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    1. Que tal Victor!
      Aqui al menos donde yo vivo (Vigo) no queda ningun de los antiguos cines, todo lo que tenemos son multisalas. Guardo muchos y muy buenos recuerdos de aquellos viejos y mágicos edificios. Si que da mucha pena ver como pueden llegar a terminar sus dias. Como bien dices es la gran fàbrica de sueños, por mucha tecnología que tengamos en nuestros salones, el cine siempre era el cine...
      Un saludo y gracias por pasar!

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  2. Hola Fran, yo también separaba de mi sueldo, el que ganaba trabajando, para ir al cine. Iba todos los fines de semana, a veces sábado y domingo. Actualmente ya no queda ningún cine de los antiguos, el último lo han reconvertido en apartamentos. Y la verdad es que ahora voy muy poco, las entradas son muy caras, y los jubilados tenemos que pensar en otras cosas más importantes. Además las costumbres han cambiado, antes era impensable comer dentro de la sala, ahora resulta que todo el mundo está con las palomitas haciendo ruido y dejando los asientos hechos un asco. Una de las últimas veces que fui ni siquiera se habían molestado en barrer antes de que la gente de la siguiente tanda entrara. Y sinceramente pagar un dineral para ir a un chiquero, prefiero quedarme en casa. Saludos y buena semana.

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    1. Hola Lola!
      Yo tuve una época en la que iba con bastante frecuencia, había veces que tenia que esperar pues no había nada en cartelera que no hubiera visto. Ahora las cosas son diferentes, como bien dices los precios se han disparado, solemos ir a películas muy escogidas, la última que vimos fue Prometheus, Carmen –mi mujer que es muy fanática del genero- se empeño en ir el día del estreno, casi me tuvo que llevar obligado, pues te diré que apenas éramos 15 o 20 personas en la sala, teniendo en cuenta la película y que era un sábado por la noche, pues es bastante ilustrativo de como esta el panorama. Luego yo tengo una costumbre –Carmen dice que rozo la paranoia-, tengo la necesidad de estar en la ultima fila y siempre en el medio, es decir, pasillo, no soporto a nadie detrás, si puedo estar aislado mejor, por eso siempre procuramos ir los últimos días o cuando están a punto de retirar la película de cartel. Coincido contigo en el asunto “comidas”, es asombroso…¿has visto esos calderos de palomitas talla XXL? A ver, yo reconozco que me compro mi chocolatina y mi bote de refresco –siempre fuera, que sale mas económico-, pero bueno, procurando por supuesto no hacer ruido y menos dejar los restos allí tirados. Pero bueno, a veces viendo lo que ves en la calle, luego eso se refleja en otros ordenes de la vida…
      Un saludo y buena semana!

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