Tony Manetta (Frank Sinatra) es un viudo que vive en Miami con su hijo de 12 años. Regenta un pequeño hotel pero los negocios no van bien. Debe dinero y no sienta la cabeza, su debilidad son las mujeres. Un día recibe un aviso de embargo y decide pedir ayuda a su hermano Mario (Edward G. Robinson), el cual es todo lo contrario, juicioso, ordenado y una persona de prestigio. Mario y su esposa Sophie (Thelma Ritter) se desplazan a Miami con idea de regenerar al cabeza loca de Tony.
El clásico mensaje en el espejo, malas noticias…
Era la primera vez que veía esta peli de Capra y la verdad me esperaba algo mas, no es que me decepcionara pero no es el Capra de tiempos pasados. Lo que si me llamo poderosamente la atención fueron los títulos de crédito.
Verdaderamente originales
La película se ve con agrado, la presencia de Robinson aporta solera y un punto de comicidad. Algún toque de guión que se podría aprovechar mejor (el hijo de Mario hubiera dado mucho juego en Miami), los actores en general están correctos, aunque nuestro querido “ojos azules” parece que por momentos este de resaca. El final quizás un poco metido a calzador.