Estamos en 1944, los alemanes tienen la guerra prácticamente perdida y se preparan para abandonar el Paris ocupado. Sin embargo los deseos de Hitler son dejar una ciudad totalmente devastada, la idea es colocar una gran cantidad de cargas explosivas a lo largo de la capital francesa y que vuele por los aires. Entre tanto la resistencia procura hacerse con el control de la ciudad.
Todo un reparto plagado de estrellas
Interesante y entretenida película bélica. No cabe duda que el estupendo –e imposible a día de hoy- reparto es uno de los atractivos de este film. Pero si la nómina de estrellas es importante no lo es menos su fotografía y su puesta en escena. Con un glorioso blanco y negro que recuerda al maestro Robert Doisneau la acción transcurre en un Paris ocupado, con sus calles, sus portales, sus plazas y un sinfín de maravillosas localizaciones.
Una de las escenas iniciales con un Orson Welles grandioso
En bicicleta, la mejor manera de sortear un control
Un guión escrito codo con codo entre Gore Vidal y un joven Coppola, todo ello aderezado con la música de Maurice Jarre pues da para 175 min –quizás el único pero del film- de muy buen cine.
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