Butterfield 8 (Una mujer marcada 1960) Daniel Mann/"Madre, soy una perdida..."

                                                             

Gloria Wandrous (Elizabeth Taylor) es una bella joven que vive con su madre en Manhattan. Se gana la vida como modelo y en ocasiones se convierte en una call-girl (prostituta a golpe de teléfono). Sus servicios son muy apreciados entre los ejecutivos de la ciudad. Un día Weston Liggett (Laurence Harvey) se cruza en su camino, a partir de ahí pasión, mentiras, amor, celos…

                            Para mí, la mujer más deseada y deseable de la historia de Hollywood

Maravilloso drama con una Taylor -obtuvo el Oscar a la mejor actriz por este trabajo- que se rompe de lo buena que esta, me imagino que su imagen alimento la libido de millones de American citizens y fomento la imaginación en muchas alcobas. Pero por supuesto que hay otros atractivos en el film, uno de ellos es el novedoso sistema de mensajería que utiliza Gloria para contactar con sus clientes, curiosamente el título de la película tiene que ver con ese detalle.

                                    E. Taylor junto a Eddie Fisher (el amigo enamorado en la peli)

                                               Nunca una combinación ha sentado tan bien…

 

Punzantes y corrosivos resultan los diálogos que mantiene Gloria con la vecina de su madre. Curioso y un pelín sado resulta el tour de forcé entre Gloria y Weston, tacón de aguja contra retorcimiento de brazo. Luego tenemos el estupendo valor sociológico en cuanto a la moral imperante. Esposa mojigata con madre dominante, amigo con amor platónico y con novia algo celosa. Y para aderezar todo, un tremendo golpe al hígado en un asombroso twist final, una de las mayores chapuzas que ha llevado a cabo la censura en este país, un doblaje tramposo y que saca los colores, imposible de contar, hay que verla…