Guardo un buen recuerdo de ella y le tengo especial cariño por una sencilla
razón, fue la primera vez que mi madre me dejaba ir solo al cine, era 1980 y con
apenas 12 años aquello te hacía sentirte mayor. No es un título de los más
celebrados de Steven Spielberg, el
rodaje se prolongó más de la cuenta y la película si bien funciono en taquilla
no tuvo la acogida que el director se esperaba. A destacar la presencia de John Belushi, sumido en el más absoluto
de los desenfrenos adictivos (fallecería poco después en el 82) pero dejando su
sello personal. Creo que la película se deja ver, el arranque es muy curioso
pues Spielberg se auto parodia
recordando a la cinta que además de ser uno de los grandes títulos del cine está
considerada como el primer blockbuster.
Las autoridades en la ciudad de Los Ángeles buscan sin descanso y sin mucho
éxito a un asesino, lo terrible del caso es que sus víctimas son de muy corta
edad. La presión sobre la policía provoca daños colaterales en el imperio del
crimen y estos a su vez deciden ponerse manos a la obra y tratar de dar con el
criminal.
Sabia de su existencia y por uno de esos recalcitrantes prejuicios de cinéfilo
me resistía a verla. El que fuese un remake
de la obra maestra de Fritz Lang me hacía
escapar de ella como Superman de la kriptonita roja. Una vez vencido el
absurdo rechazo me entregué a su visionado, a los dos días me la volví a
administrar sin prescripción facultativa. El principal problema de “M” (1951) es precisamente la existencia
de “M - Eine Stadt sucht einen Mörder”
(M, el vampiro de Düsseldorf 1931), creo que un requisito fundamental para
disfrutar la película de Losey es
tratar de borrar de nuestra memoria la monumental obra maestra del realizador
de Viena. No soy muy amigo de los remakes,
es posible que la gran mayoría sobren, esta vez sin embargo estamos ante un
caso especial. He disfrutado y no me queda otra que recomendarla.
Un grupo de atracadores trae de cabeza a las autoridades de Boston.
Realizan los asaltos a los bancos de manera expeditiva y sin dejar el mínimo
rastro. Todo va sobre ruedas hasta que un buen día dejan un cabo suelto…
Supongo que a estas alturas no será necesario reivindicar el talento de Ben Affleck, actor, escritor y magnifico
director, evidentemente cada cual tendrá sus gustos, pero creo que no se le
puede negar que tiene oficio. Me fascinan las películas de atracos (creo que es
ese delito que a muchos nos hubiese gustado cometer…) y esta lo es con mayúsculas.
Trama sencilla, reparto adecuado, metraje digestible (2 horitas), buen ritmo y
unas escenas de acción estupendas. Considero que estamos ante una
extraordinaria película que se ha ganado un lugar entre las mejores de ese
maravilloso subgénero. Una de esas que ves en más de una ocasión.
La ingeniería genética ha creado dos tipos de individuos, por un lado,
quienes han sido concebidos “a la carta”, configurando potenciales y eliminando
todo rastro de futuras enfermedades, por el otro, los que digamos “a la antigua”,
echan la moneda al aire y que salga lo que tenga que salir, estos últimos están
destinados a no acceder a determinados tipos de trabajo que requieran de alta
cualificación. El sistema es implacable y no existe fisura alguna, ¿o sí?...
Su estreno allá por el 98 provoco todo tipo de cuestiones, tanto tecnológicas
como morales, ¿llegaremos a enchufar un coche a la red?, ¿ficharemos con el
dedo?, ¿podremos elegir el color de ojos y pelo de un bebe?... Lo del coche eléctrico
y la huella digital en el trabajo ya no sorprende a nadie, en cuanto a los
bebes a la carta, actualmente existe el llamado DGP (Diagnóstico Genético
Preimplantacional), que si bien no se trata de configurar un ser humano
perfecto sí que evita al menos la presencia de ciertas enfermedades genéticas o
alteraciones en el futuro. En cuanto a esto último manifestar mi más sentido
agradecimiento a los avances científicos y médicos que nos ayudan a vivir más y
mejor. La película además de interesante, extraordinaria y tremendamente
entretenida, plantea ese debate que desde hace años subyace y que aflora de
cuando en cuando. Cuestiones científicas y morales a un lado, creo que estamos
ante uno de los mejores títulos de ciencia ficción de la década de los 90. Más
que recomendable diría que imprescindible.
Mini serie documental basada en el libro Five Came Back: A Story of Hollywood and the Second World War
escrito por Mark Harris. Apasionante
y fascinante a partes iguales, ya bien sea desde el punto de vista cinéfilo o
para quien este interesado en temas bélicos, sus 180 minutos se disfrutan desde
el primero hasta el último fotograma. Sus tres episodios de excelente factura
nos muestran entre otras muchas cosas aspectos en ocasiones desconocidos, ya
bien sea relacionados con las personalidades de aquellos directores o con la
campaña bélica. Si bien existen gran cantidad de documentales sobre la II
Guerra Mundial este se diferencia al abordar el conflicto desde otra
perspectiva. Muy recomendable.