“The role would have been an
offensive stereotype even played by an Asian; the casting of Mickey Rooney
added insult to injury,” Los Angeles
Daily News published in 1993. (“El papel hubiera sido un estereotipo ofensivo
incluso interpretado por un asiático; el casting de M. Rooney añadió sal a la
herida”)
Cuando hoy leía en El País el
estupendo artículo (Japonesadas) de la escritora Marta Sanz enseguida me vino a la
mente el curioso y polémico personaje al que dio vida Mickey Rooney en Breakfast at
Tiffany’s (Desayuno con diamantes 1961). Aquel Mr. Yunioshi (que ya estaba
en la novela de Thruman Capote) todavía
sigue ofendiendo a buena parte de la comunidad asian-american de los EEUU, la película fue retirada en algún festival
de cine, se han recogido firmas para que no se emita y al bueno de Mickey Rooney le marearon bastante con
el tema, sobre todo en los últimos años de su vida. Han pasado casi 7 decadas
del estreno de la inolvidable cinta de Blake
Edwards y a decir verdad es posible que a día de hoy chirríe un poco. De
todas formas, no estoy por la labor de arrojar bobinas a la hoguera y lo del
revisionismo en el cine pues me parece que como que no. En eso los gallegos
tenemos cierta experiencia, durante mucho tiempo, quizás demasiado, el
estereotipo habitual en las películas era el del paleto con animo de
ridiculizar, salvo alguna rara excepción, lo mismo sucedía en televisión con
algunos humoristas. En todo caso y respetando la opinión de quienes se puedan
sentir ofendidos a mí la verdad este tipo de humor no me ofende (me refiero a
aquellos gallegos retratados en el cine español), son otras las cosas que me
calientan la sangre. Les dejo un par de cosas, por un lado, el
artículo de Marta Sanz el cual les recomiendo que lean y por el otro un clip de video del personaje en cuestión.
Japonesadas
He pasado cuatro noches en Japón.
Si hubiese pasado un año no podría escribir esta columna: habría llegado a la
conclusión de que solo sé que no sé nada. Pero cinco días me alientan a la
temeridad. He visto muchas cosas y he creído ver muchas otras. Me han contado
historias. Comparto lo que siento. Es un derecho.
Al llegar a Japón me advierten:
nunca debo dejar propina ni fumar en la calle ni hablar por el móvil en el
metro. En los restaurantes la gente disfruta de sus cigarrillos mientras come
sopitas, sashimi y sushi. En Japón no hay anisakis porque evisceran y limpian
los pescados tan primorosamente que en la carne no quedan larvas ni
excrecencias. En Japón hay casi pleno empleo y Tokio es una ciudad donde no me
piden limosna ni veo perros abandonados. Los japoneses trabajan mucho; me
cuentan que algunos mueren frente a sus ordenadores. Cortocircuito total. El
suicidio se practica en los andenes del metro. Los suicidas dejan preparada la
suma necesaria para limpiar su sangre de la estación; unas son más caras que
otras: suicidios de centro y periferia, de primera y segunda. Me dicen que casi
todas las mujeres aspiran a contraer matrimonio antes de los treinta. Ellas
administran el dinero de sus infatigables esposos y les dan una cantidad
semanal para sus gastos. Las mujeres tienen amantes, van al teatro y abarrotan
las cafeterías donde degustan repostería europea. Los hombres que pierden el
último tren pernoctan en karaokes y hoteles cápsula. Expresar sentimientos o
mostrar afecto físico no es habitual. Pero hay sex shops de ocho pisos,
graduados por la dureza de lo que se vende, que no llegan a culminar los más
avezados pornógrafos occidentales. Nadie asiste a esas chicas borrachas que se
acurrucan en pasadizos: prestarles ayuda sería humillante para ellas. Las
japonesas se emborrachan con facilidad porque carecen de una enzima para
metabolizar el alcohol. En el barrio de Shinjuku adivino a Godzilla entre dos
rascacielos. Hay restaurantes de robots. Los neones son tan potentes que casi
me producen ataques epilépticos. Si pierdes el ordenador, lo recuperarás. Nadie
roba: hay quien da una razón animista —el alma impregna los objetos— y hay
quien apela al budismo —lo que hagas en esta vida te será devuelto en la otra—.
No entiendo de religiones. Por Takeshita pasean lolitas góticas y muchachas con
peluches anudados a la cintura. Chicas que visten a sus novios a juego con su
indumentaria. Los cazadores de tendencias paran a algunas y apuntan sus nombres
en un papelito. Hay cafeterías de erizos y búhos. Muchas personas van
enmascaradas para no contagiar o no contagiarse: en el avión una japonesa se
quita la máscara, se maquilla, no se la vuelve a poner. Yo he visto cosas que
vosotros no creeríais si es que aún los seres humanos conservamos la capacidad
de asombro. He pasado por uno de los callejones donde se rodó Blade Runner y he
atravesado diagonalmente el cruce de Shibuya. He estado cuatro noches en Japón
e impugno la idea prepotente de ser habitante del futuro. Ahora me cuesta más
distinguir el original de la copia, la tradición de la globalización, la
realidad de los relatos, la libertad de las esclavitudes, lo honorable de lo
cruel, la soledad delhikikomori del gregarismo, el ombliguismo occidental del
exotismo papanatas. Y ya no sé qué puede ser el infierno y qué el paraíso.
Marta Sanz/El País (10-06-2019)
Hola Fran, mi hija y mi yerno trabajan para una multinacional japonesa. Son exigentes, pero también cuidan bastante de sus empleados, cosa no muy común en los tiempos que corren, hacen la fiesta infantil de Navidad, dan aguinaldo, pagaban matrículas a los trabajadores que estaban estudiando una carrera, y se ponen una corbata anudada en la cabeza cuando están de fiesta. También trajeron un water japonés para el jefe supremo.
ResponderEliminarLo de los estereotipos muchas veces no gustan, no creo que te acuerdes pero una vez en TVE, la única que había en esos momentos, comenzó a poner una comedia de la que sólo pusieron un capítulo, alegaron "problemas técnicos" para suspenderla. ¿A que no te imaginas el por qué? Se desarrollaba en una especie de hotelito inglés y el camarero, bastante torpe, era ESPAÑOL, pues bien, en ese único capítulo que pusieron lo hicieron pasar por italiano, pero resulta que en los créditos aparecía como el camarero español. Yo me quedé boba, expresión canaria, con ésto. Por cierto en Cuba al español peninsular se le llamaba siempre gallego, aunque fuera andaluz, y al canario se le decía isleño.
Saludos, de una isleña a un gallego. Espero que Miguel no les esté causando muchos problemas, aquí amaneció nublado pero ni gota de agua.
Hola Lola!
EliminarHasta cierto punto es entendible el malestar por la caracterización de Rooney, fisicamente es muy parecido al esterotipo de japones de la carteleria de la II Guerra Mundial y aunque la pelicula es del 61 supongo que por aquel tiempo todavia resonaba en cierto modo lo de Pearl Harbour, en asuntos de guerra ya se sabe lo que tardan en cerrar las heridas.
He leido varios y sorprendentes testimonios sobre diferentes aspectos de la sociedad en Japon. Recuerdo que en el ultimo mundial se comentaba que cuando la afición japonesa abandonaba la grada dejaban todo limpio e impecable, vamos, impensable para nosotros.
Mi sobrino lleva 3 años trabajando en Shangai, ha venido en dos ocasiones con su pareja (eso si, no se lo ponen facil para salir del pais a los locales...) y dice que esta muy a gusto, aunque lo de China como se suele decir es otro cantar, tu ya me entiendes...
No recuerdo ese detalle de la comedia que comentas pero viene muy bien para ilustrar este tema. Por cierto, por aqui tambien decimos lo de "quedarse bobo".
Pues mira, precisamente al hilo de lo que estamos comentando, hoy leia en la prensa que el "New York Times" dejara de publicar viñetas satiricas. Al parecer el motivo es un "cartoon" en el que aparece Donald Trum y Benjamin Netanyahu, este ultimo como perro guia, todo el asunto que tenga que ver con los judios se suele pillar con alfileres, aqui te dejo el polemico dibujo:
https://www.i24news.tv/en/news/international/americas/1556389912-new-york-times-under-fire-for-anti-semitic-cartoon-ft-netanyahu-and-trump
En cuanto al temido "Miguel", pues la verdad que afortunadamente fue menos de lo esperado, creo que a veces hay cierto sensacionalismo en la información meteorologica. En otras ocasiones si que tienen causado mas destrozos.
Siempre agradecido por tus visitas y aportaciones, bicos:)
¡Qué buena la viñeta! pero ya se sabe que en U.S.A. no gustan mucho los chistes antisionistas. Aquí te dejo el enlace que habla sobre el camarero español de la serie. https://www.elperiodico.com/es/tele/20161202/fallece-manuel-hotel-fawlty-5667111.
ResponderEliminarSaludos nuevamente.
Hola Lola!
EliminarPues si, todo lo que tenga que ver con la comunidad judia se ve y analiza de forma diferente y es que el lobby tiene mucho peso y poder en los USA. En todo caso no son buenas noticias, al fin y al cabo es una forma de censura.
Acabo de leer la noticia del enlace. Curioso lo del cambio de nacionalidad del camarero... A mi este tipo de jugadas me parecen de lo mas ridiculas y pateticas. En cuanto a la seria no la conocia, afortunadamente siempre nos quedara youtube. Gracias por la aportación.
Bicos:)
Esa es escena es incluida en la biopic de Bruce Lee, en que la futura novia y esposa lo invita a ver esa película. Cuando llega, ella piensa que puede ofenderlo, le propone irse.
ResponderEliminarNo hacía falta recurrir a un oriental, interpretado en forma tan falsa. Podrían haber recurrido a un personaje torpe, habría funcionado mejor. No había necesidad de intentar apegarse a la novela. Ya que es una versión alivianada, la protagonista tiene sus cuestiones al margen de la ley, algunos vicios. Con algo de la historia original, el final feliz habría quedado mejor.
Que tal Demiurgo!
EliminarVaya, a eso le llamo yo tener una buena memoria, es cierto lo que comentas. La verdad ya no recordaba esa escena, aqui va el link: https://www.youtube.com/watch?v=lbiymQJsC8M
No lei la novela, en todo caso esto de las adaptaciones tiene lo suyo.
Se agradecen tus aportaciones, siempre interesantes.
Saludos!