A decir verdad han sido
8 días estupendos. Es posible que no hubiésemos necesitado tanto tiempo para
visitar esta bellísima ciudad, pero bueno, nos gusta tomárnoslo con calma y si
podemos evitar ir a la carrera pues mejor que mejor. No sabría decir con
exactitud si llegue a sufrir el síndrome de
Stendhal o síndrome de Florencia pero
si puedo asegurar que al tercer día me sentí superado y con dificultad para
asimilar todo lo que desfilaba frente a mis ojos, Carmen me comento que tuvo
una sensación similar. Si el año pasado Roma nos pareció fascinante y nos
quedamos prendados de ella, esta vez he de decir que Florencia nos ha robado la
otra mitad del corazón. Seguiría escribiendo y relatando detalles y anécdotas varias,
pero casi lo voy a dejar aquí que me conozco y luego me pongo muy pesado… Aquí van
unas fotillos.
Alojados a 50 metros
del Duomo, tal y como sale en las
fotos del anuncio: http://www.homeaway.es/p1113612?uni_id=1372310
Las
hay a cientos, forman parte del paisaje, es una ciudad muy cómoda y segura para
pedalear.
Las
motos también ocupan su lugar.
No
pasamos excesivo calor. Siempre se podía echar mano de una sombra.
Galleria
degli Uffizi
La
tricolore
Casi
todas las señales de dirección prohibida iban acompañadas de simpáticos diseños.
De
día…
…
y de noche.
La
presencia de turistas por momentos puede llegar a agobiar.
A
veces subíamos a merendar al apartamento…
…
aunque en ocasiones echábamos mano de esa maravillosa droga.
Estaban
proyectando la última de Tom Cruise, la habíamos visto ya en Vigo y nos pareció
algo ladrillo para verla de nuevo.
Pasamos
un magnifico día con las bicis.
Ponte
Vecchio
De
estos no tomamos ninguno…
…
pero los Spritz bajaban que daba gusto.
Toda
una experiencia.
Si,
nosotros también nos hicimos la dichosa foto… ¡y anda que no da trabajo hacer
que cuadre bien!
Al
parecer es costumbre.
Buscando
alguna localización, suena enfermizo, lo se…
Una
idea a imitar.
Las
vistas eran maravillosas…
…
aunque la subida allí arriba tenía lo suyo.
Algún
que otro mensaje en la pared.
Terraza
con vistas.
Salone
dei Cinquecento
Esta
impresionante estancia se encuentra en el Palazzo
Vecchio. Se accede por una pequeña puerta que engrandece la sensación de
majestuosidad de la sala. Recordar que por aquí anduvo nuestro querido Doctor
Lecter…
Aunque
no olía precisamente bien sí que nos vino fenomenal.
Su
presencia nos servía de referencia para llegar a nuestro alojamiento.
Costumbres
casi en desuso.
Escapada
relámpago a Venecia.
Dos
cosas que no han gustado mucho en Venecia: el anexo al hotel Santa Chiara y el polémico puente de
Calatrava (en la parte superior de la foto, aunque apenas se ve, parece que el
personal resbalaba en la superficie acristalada, eso añadido al diseño
modernista)
Pues parece que se lo toman en serio.
Un
lugar para volver.
Pues nada, espero no
haber aburrido. No es fácil resumir en imágenes lo que han sido esos días, en
todo caso he optado por no meter imágenes de los museos e iglesias que hemos
visitado. Lo dicho, la próxima entrada retomaremos la tónica habitual del blog.
Saludos.
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