domingo, 13 de octubre de 2013

¡Hey, no me chafes el final!




Suele suceder con demasiada frecuencia y es algo que molesta bastante. Por un lado esa excesiva generosidad con los trailers, escenas clave, situaciones, chistes y demás elementos importantes son desvelados sin importar para nada que gran parte del encanto de la peli se va por el desagüe. Luego también hay alguna que otra crítica en la cual se cuenta más de lo que se debe, aunque en ocasiones si suelen aparecer advertencias de que en el texto que nos disponemos a leer aparece información que nos pueden jorobar la sorpresa final de la peli. 




También puede suceder que una historia comience por el final y esto no tiene por qué hacer que todo el producto se venga abajo. Pongamos el ejemplo de una joya como Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses 1950), sin lugar a dudas uno de los mejores comienzos que ha parido el 7º arte. Ese arranque con la voz en off de Holden y la maravillosa música –fue la ganadora del oscar- de Franz Waxman nos pone en situación y nos desvela el final, aun con estas la película de Wilder sigue siendo grande, grandísima…




No hay comentarios:

Publicar un comentario