Esta es una de esas películas que aunque las hayas visto cientos de veces nunca te cansas de ella. Lo que pasa es que a medida que la ves una y otra vez, a veces te cambian ciertas preferencias, me explico.
Siempre sentí fascinación por el personaje de Shane, maravillosamente interpretado por Alan Ladd, pero he aquí que últimamente me voy a dar de alta en el club de los fans de Jack Wilson (Jack Palance).
Ok, el bueno en este caso es Shane, Jack Wilson no deja de ser un pistolero que no tiene ningún escrúpulo a la hora de apretar el gatillo –por algo es pistolero- y cargarse a quien se le ponga por delante. Pero que caray!... en este caso Shane también tiene un pasado oscuro que en ningún momento nos cuenta, aunque lo adivinamos.
Poco más voy a decir de esta maravillosa película. Solamente apuntar a ese maravilloso plano en el que Shane se dirige hacia el horizonte al final del film, ese horizonte que alguien dijo en alguna ocasión que es el hogar de los valientes…
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