domingo, 27 de enero de 2013

¿Realmente debería de importarnos?

Katie Holmes, Tom Cruise y David Miscavige (actual lider cienciólogo)

Hoy leía un interesante artículo acerca de la figura de Tom Cruise. En él se hacía especial hincapié en como la crítica y una parte del público se ensañaba de mala manera con uno de los chicos dorados –aunque ya esté en los 50…- de Hollywood por el simple hecho de pertenecer a la iglesia de la cienciología. Asumo y reconozco que en alguna ocasión seguramente he hecho alguna coña sobre este asunto aunque sin mala intención. A lo que le doy vueltas es hasta qué punto nos afecta a la hora de calificar o valorar su trabajo todas las circunstancias relativas a su vida privada. Las vidas escabrosas han existido siempre, los actores y actrices de la época dorada veían como los estudios manejaban su vida y evitaban por todos los medios que detalles incomodos estropeasen aquellas fulgurantes carreras y afectasen a la taquilla.

 Spencer Tracy, entrañable y alcoholico


Este puede parecer un detalle sin importancia, pero a veces nuestras fobias y prejuicios nos pueden jugar malas pasadas. Asuntos como la abierta homosexualidad de las estrellas influyen en la verosimilitud de sus papeles, esto quizás no debería de ser así, pero me temo que nuestro subconsciente ejerce más influencia de la que pensamos.





Uno de los últimos casos fue el famoso apoyo de Clint al candidato republicano. Se hicieron muchas chanzas con el famoso momento “silla”. ¿Nos creeríamos un papel del viejo Clint en plan izquierdoso? ¿O a una Jodie Foster más caliente que el pico de una plancha corriendo detrás del guapo de turno?

En todo caso, ya que abrimos con el guapo de Tom y para que se vea que valoramos su trabajo como actor aquí va una pequeña muestra de sus dotes ante la cámara.




 

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