Con apenas 11 largometrajes
en su haber Michael Mann es un
realizador de sobra conocido entre los amantes del cine. Se podría afirmar que su
“Heat” (1991) ha alcanzado el estatus
de película de culto, en gran medida
llevada a los altares sobre todo por las jóvenes generaciones cinéfilas. Han
pasado 41 años desde el debut del director norteamericano, a la cinta
protagonizada por James Caan
(posiblemente uno de sus mejores papeles) le sucede como a las patatas fritas
del McDonalds que aparecían en "Super Size Me" (2004) y que varias semanas después continuaban como el
primer día, el film de Mann conserva
el mismo estado de forma, huele a coche recién salido del concesionario y sus
exactos 120 minutos no dejan resaca. Un título a reivindicar y que recomiendo.
Si gustan de las películas de robos con herramientas de por medio la van a
disfrutar.