Una historia con 4
personajes principales que ya nos engancha desde su comienzo. Un reparto en
estado de gracia. Dura, agria y conmovedora por momentos. Situaciones y
conflictos que continúan estando vigentes. Pasajes tranquilos y momentos
terribles. Caídas al abismo sin punto de retorno. Una de esas grandes películas
que el tiempo ha engrandecido y posiblemente uno de los finales más tristes que
recuerdo.
Hud Bannon (Paul
Newman) y su padre Homer (Melvyn Douglas), dos formas diferentes de ver y
entender la vida.
Alma Brown (Patricia
Neal), asistenta en el rancho que tiene que soportar las acometidas de un
borracho y violento Hud.
Lonnie Bannon (Brandon
De Wilde), sobrino de Hud, al que respeta e idolatra.
Importante a tener en
cuenta el año de producción (1963), una época
en la que no abundaban películas tan crudas como esta, aspectos como el
alcoholismo o la violencia hacia las mujeres se mostraban de forma muy explícita,
además en su guion se incluyeron (algo que provoca cierto revuelo) dos expresiones
nada habituales como eran son of a bitch (hijo de perra) y bastard (cabrón/bastardo), por aquel entonces y debido al código de censura los oídos
de los americanos no estaban muy acostumbrados a escuchar esto en una sala de
cine.
Momento karaoke
Una difícil decisión
Nunca cambiaras…
Grandes
interpretaciones para una gran película. Muy recomendable.