A partir de mañana
comienzo mis vacaciones por lo tanto voy a bajar la reja del blog por un
tiempo, retomare la actividad a partir de mediados de septiembre. Muchísimas
gracias a quienes se pasan por aquí, que tengáis un estupendo y feliz verano.
Creo que es la segunda
vez que doy cuenta de la muerte de un animal, la anterior fue cuando murió mi
querido Buster. En este caso ha sido
el simpático perro de la maravillosa The
Artist (2011) el que se ha ido a sus 13 años de vida, a la misma edad que
mi fiel amigo.
Me gustan sus películas,
las encuentro entretenidas e interesantes. Creo que a diferencia de otros
aspirantes a cineastas el de Tennessee
sabe jugar con los géneros y romper ciertas reglas. La espero con muchas ganas.
Últimamente me ha provocado
más de un quebradero de cabeza. El caso es que tengo problemas para recordar
alguno que otro, especialmente en lo que se refiere a hijos e hijas de algunos
amigos. Que nadie se ofenda, este comentario no encierra critica alguna, aunque
de un tiempo a esta parte los hay que no me los aprendo ni a la de tres. El
caso es que esta tarde en la playa lo escuche y automáticamente mi
subconsciente le dio al play…
Fue hace un par de días.
Estaba yo en una cafetería tomando un café y leyendo la prensa cuando me di
cuenta de un detalle que me hizo reflexionar. En la televisión tenían puesto
un canal de esos que emite videos musicales sin parar al que nadie le prestaba mucha
atención. De repente una música me sonó especialmente familiar, era un clip
perteneciente a The Wall, aparte la
vista del periódico y le dedique unos minutos. De las aproximadamente 20
personas que había allí el único que tenia puesta la vista en la tele era yo.
Enseguida me vinieron a la mente imágenes de una muy lejana tarde en los
Multicines Norte. Proyectaban esa maravilla dirigida por Alan Parker y allí que
nos fuimos un nutrido grupo de amigos. Han pasado muchísimos años pero todavía
guardo algún vago recuerdo de aquella iniciática tarde con mi pandilla. Supongo
que ahora el exceso y empacho de contenidos provoca cierto hartazgo y falta de concentración, no sé, será que me
hago mayor…