Fue
la única vez que Charles Laughton dirigió un largometraje y desde luego le salió
redondo. Esta maravillosa película forma parte de la iconografía de nuestros días,
en gran medida por esas dos palabras (love&hate)
que Mitchum luce en sus manos. Escuchada fuera del film la canción no resulta amenazadora, al contrario, tiene un
punto entrañable. Lilliam Gish –una de las grandes estrellas del cine mudo-
espera paciente mientras el falso reverendo acecha…
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